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Hombre es arrastrado por potente caudal de un río en Perú

Producto de las lluvias, el río en cuestión aumentó su flujo y en una maniobra arriesgada, este hombre intentó cruzarlo en auto, pero fue arrastrado.

24Horas.cl TVN

Lunes 20 de marzo de 2017

Un video en el que un hombre intenta cruzar un río en la provincia de Canete, a unos 160 kilómetros de Lima, Perú, se transformó en viral.

En las imágenes se ve cómo el hombre intenta pasar el río con su vehículo pero la fuerza del caudal, el que aumentó debido a las lluvias registradas durante lo últimos días. Para su fortuna, una roca logró detener el auto y así evitó que siguiera arrastrándose por él.

 

El sujeto logró salir de él sin lesiones.

Fenómeno de 'El niño costero'

Las lluvias y riadas que azotan a Lima y el norte de Perú provocadas por "El Niño Costero", han cobrado al menos 72 vidas y miles de damnificados desde enero, mientras la población enfrenta cortes de agua y ruega porque cese la ira de la naturaleza.

"Lamentablemente hemos tenido 72 fallecidos" desde inicios de año, dijo el sábado el primer ministro, Fernando Zavala, en un nuevo balance de las víctimas del fenómeno climático. La cifra de 72.115 damnificados -es decir, que lo perdieron todo- y 567.551 afectados -que sufrieron daños menores- se mantiene por ahora.

La ayuda humanitaria es enviada por aire y mar, ante el bloqueo de varias carreteras. El gobierno ha incrementado su presupuesto en 764 millones de dólares para una reconstrucción que aún no puede empezar. Por ahora la prioridad es liberar vías, rescatar personas y contener el avance de los ríos.

'Huaicos' inclementes

En Perú se llama "huaico" a la avalancha de lodo y piedras que cae tras las fuertes lluvias, las que no dan tregua.

El ministro de Defensa, Jorge Nieto, alertó de nuevos "huaicos" en Santa Eulalia y en Cajamarquilla, también en el este de Lima. Se declaró alerta roja y se pidió evacuación.

Bien lo sabe, Lilia Ruales, quien hace 25 años vive en otro sector de Chosica, en las márgenes del Rímac, que hoy pasa amenazante, literalmente, al pie de su patio. La línea del tren que allí se tiende ha quedado completamente en el aire. El río se ha llevado todos los cimientos, y la ferrovía parece ahora una frágil rejilla colgante.

"Tenemos que desalojar. Por favor, necesitamos carpas, agua. Somos unas 300 familias", clama Leila a la AFP.