Indignación causa en la católica Irlanda la muerte de una joven india de 31 años a fines de octubre, luego de que los médicos se negaran a practicarle un raspado tras sufrir un aborto espontáneo.
La mujer, identificada como Sativa Halappanavar, ingresó el domingo 21 de octubre al hospital de Galway con fuertes dolores de espalda. Los médicos que la atendieron le comunicaron que estaba sufriendo de un aborto espontáneo, por lo que Sativa pidió en reiteradas oportunidades que pusieran fin a su embarazo.
Su esposo, Paveen, explicó que "cuando vino el médico a verla el lunes por la mañana, Savita estaba muy afectada per había aceptado la idea de que estaba perdiendo a su bebé. Pidió que se le interrumpiera su embarazo si no podían salvarlo".
Pese a las súplicas de la joven los doctores sólo le respondieron: "mientras haya latido fetal, no podemos hacer nada". Ésto porque el equipo médico se declaró católico y el aborto era una práctica contraria a sus principios.
Finalmente, el miércoles el corazón de feto dejó de latir y los médicos pudieron practicarle un raspada a la madre. Sin embargo, Sativa tuvo que ser trasladada de urgencia a la unidad de cuidados intensivos, lugar en donde falleció.
Al respecto el primer ministro irlandés, Enda Kenny, manifestó que "el hecho de que una joven mujer haya perdido la vida es una tragedia persona y una tragedia familiar. Ninguna de nuestras palabras aqu´(en el parlamento) pueden remediarla".
El aborto está prohibido en Irlanda salvo cuando la vida de la madre está en juego, según una decisión de la Corte Suprema de 1992. Sin embargo, hasta el día de hoy no se ha votado ninguna ley para hacer aplicar este fallo. El actual gobierno anunció que quería que la ley se aprobara durante su mandato.
Foto: Archivo Agencia Uno