Pese a ser una de las principales economías y uno de los países más desarrollados del mundo, Japón vive una insólita escasez de papas fritas. Quien la encuentra tiene suerte, y quien la compra probablemente tiene mucho dinero.
Según publicó la agencia EFE, y considerando que Japón es un país más caro que Chile, un paquete sabor pizza de la marca Calbee - la más tradicional y popular del país - cuesta habitualmente 200 yenes ($1.200) o menos.
No obstante, debido a la "crisis" de la papa en el país, el mismo envase ahora cuesta 3.000 yenes ($18.000) - es decir, el precio aumentó en 1.400% o 15 veces.
Este fenómeno se debió a que la empresa, a quien le corresponde más de la mitad de la torta de su mercado en Japón, anunció el pasado 10 de abril la suspensión de la producción de 15 variedades de su producto y no la ha reanudado, debido a la escasa cosecha en otoño pasado, que a su vez fue perjudicada por los varios tifones que afectaron a la isla en 2016.
A su vez, los agricultores se han puesto reticentes a cultivar el tubérculo para las papas industrializadas, que son distintos al tradicional y se producen mayoritariamente en Hokkaido.
Finalmente, las empresas de este producto pasan por dificultades para importar papas debido al fuerte sistema de inspección vegetal y cuarentena dependiente del Servicio de Sanidad Vegetal de Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentos.