La nueva isla surgida en el mar al sur de Tokio ha cautivado a los científicos desde su aparición el pasado 21 de noviembre, dado su origen volcánico.
Más de dos semanas después de su nacimiento, los expertos aseguran que este territorio ha casi duplicado su tamaño y podría convertirse en un islote permanente gracias a la rápida solidificación del magma con el agua.
Frente a la costa de Nishinoshima, el nuevo terreno ya supera los 250 metros de ancho y los 200 metros de largo.
Además, investigaciones aseguran que existe un tercer cráter volcánico activo que permite que se siga expandiendo.
Este islote se ubica en el sector conocido como Islas Bonin ubicado a unos mil kilómetros al sur de Tokio, y junto con el resto de Japón son parte de una zona sísmica activa del Pacífico llamada el Cinturón de Fuego.