El secretario de Defensa de Estados Unidos, Jim Mattis, llegó este lunes a Kabul para una visita no anunciada, su primera a este país donde hay desplegados 8.400 soldados estadounidenses.
Mattis, que sirvió en Afganistán, llegó menos de una hora después del anuncio de la dimisión del ministro de Defensa afgano, Abdullah Habibi, y del jefe de Estado Mayor del ejército, el general Qadam Shah Shahim.
Ambos dimitieron tras el ataque del viernes contra una base militar afgana en el norte del país, revindicado por los talibanes, en el que murieron más de 100 personas.
Además hace casi dos semanas el ejército estadounidense lanzó la bomba más potente de su arsenal convencional contra posiciones subterráneas del grupo Estado Islámico en el este afgano, dejando 96 yihadistas muertos.
Estados Unidos, que apoya a las fuerzas afganas en la lucha antiterrorista, mantiene a 8.400 soldados en el país y lleva a cabo, a demás de dirigir las operaciones de la OTAN, bombardeos aéreos contra las posiciones de Al Qaida, los talibanes y el grupo EI.
El general John Nicholson, al frente de la operación de la OTAN Resolute Support, consideró en febrero ante el Congreso estadounidense que se necesitarían "algunos miles" de soldados más para acabar con los insurgentes.
Si bien se reunirá con el general Nicholson, según su entorno, nada parece indicar que el general Mattis vaya a anunciar nada parecido el lunes.
En esta etapa, en el marco de una gira por varios países de África y de Oriente Medio, Mattis se encontrará con varios responsables afganos, incluidos el presidente Ashraf Ghani y su consejero nacional de seguridad.