Su primera gran derrota.
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, enfrentó, por primera vez, un dura derrota electoral, luego que el kirchnerismo perdiera las principales provincias del país en las elecciones primarias parlamentarias realizadas este domingo.
Según los resultados preliminares, el oficialismo fue vencido en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza, y en la Ciudad de Buenos Aires.
No obstante, la mandataria celebró que su partido obtuviera la mayoría nacional con el 26% de las preferencias. Cifra, sin embargo, muy por debajo al 31,2% obtenido en 2009, cuando el propio Néstor Kirchner reconoció haber sido vencido por la oposición.
Al referirse a la derrota, Fernández dijo ante sus adeptos en un desafiante discurso que "vamos a seguir profundizando la transformación... Esto desata movimientos y fuerzas muy fuertes y nos obliga a redoblar el esfuerzo".
La principal derrota fue la vivida en la crucial provincia de Buenos Aires, cuna del 40% de la población. Allí, la lista liderada por el peronista opositor Sergio Massa aventajaba por seis puntos porcentuales a los postulantes respaldados por Fernández, contabilizadas un 51% de las mesas de votación.
"Los bonaerenses han elegido para octubre una fuerza política que los represente en la lucha contra la inseguridad, que los represente en la lucha contra la inflación, que los represente en la lucha contra los impuestos (...) que a veces le pisan la cabeza a trabajadores y jubilados", dijo Massa celebrando su triunfo.
La derrota de los candidatos de Fernández llega en un momento turbulento para el oficialismo, por una mayor resistencia dentro del peronismo -un variopinto movimiento que alberga todo tipo de ideologías- a la política económica intervencionista de la mandataria.
Además, podría significar el fin de las intenciones que tendría Cristina de transformar la Constitución para postularse por tercera vez a la presidencia en el futuro, ya que la actual Carta Magna veta la posibilidad de tres períodos presidenciales consecutivos.
Pese a que la mandataria ha dicho que no persigue "perpetuarse en el poder", sus seguidores no se cansan de repetir que la Constitución debería reformarse para permitirle un tercer período presidencial.
Los resultados de las elecciones legislativas del próximo mes de octubre son considerados un signo claro de las preferencia de la ciudadanía en los comicios presidenciales. Por eso, la derrota del kirchnerismo en estas primarias podría significar el fin de la era liderada por el polémico matrimonio peronista.