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Congreso de Brasil aprueba polémica ley de tierras

El parlamento brasileño aprobó flexibilizar las regulaciones de protección ambiental de los bosques y selvas.

Mariángel Calderón

Jueves 26 de abril de 2012

El lo que puede ser calificado como una victoria para los poderosos grupos de presión de la industria agrícola del país y un revés político para la presidente Dilma Rousseff, el Congreso de Brasil votó a favor de aliviar las reglas sobre la extensión de bosques y selva que deben mantener los agricultores forestales en sus tierras.

Aunque la ley aprobada en la tarde el miércoles ordena que millones de hectáreas de tierras ya despejadas sean reforestadas, ambientalistas dicen que facilita demasiado a los agricultores -responsables por buena parte de la deforestación de la Amazonia en las últimas décadas- el cumplimiento de las regulaciones sobre la cantidad de selva que deben preservar. Rousseff aún tiene la opción de vetar la legislación, una de las más controvertidas en ser aprobadas por el Congreso brasileño en los últimos años.

La versión final de la ley, que fue modificada dramáticamente de la versión duramente negociada que respaldaba el Gobierno, dejará en manos de los estados federales la decisión de cuánta porción de bosque o selva debería ser reemplazada a lo largo de las riberas de los ríos, lo que hace posible que muchas regiones realicen demandas mínimas a los productores agrícolas. "La ley aprobada da una amnistía total e irrestricta a aquellos que deforestaron (...) y va en contra de lo que el propio Gobierno quería", dijo el grupo ambientalista Greenpeace en un comunicado. "Si (Rousseff) no reacciona y veta este texto, este futuro será su legado", indicó.

La presión por una retórica más indulgente por parte de la industria agrícola sólo fue posible a través de una rebelión de legisladores dentro de la coalición de Gobierno. Una mayoría en el Congreso también podría dejar sin efecto un eventual veto de Rousseff si la mandataria decide usarlo. "Perdimos, el Gobierno perdió", dijo el líder del Partido de los Trabajadores de Rousseff en la Cámara baja. La enorme presión de la influyente industria agrícola hizo una ardua tarea para minimizar las obligaciones contempladas bajo la nueva ley.

La ley y su futuro impacto están siendo observados de cerca dentro y fuera de Brasil, hogar de la mayor selva tropical del mundo y un país considerado una referencia sobre cómo otras naciones en desarrollo deben preservar sus bosques. En junio, Brasil será el anfitrión de la cumbre Río+20, una reunión en la que los líderes gubernamentales y autoridades de todo el mundo debatirán la política ambiental a nivel mundial.

La deforestación en Brasil se ha desacelerado en los últimos años debido a una mayor fiscalización y al uso de imágenes satelitales que realizan un seguimiento de las áreas con las tasas más altas de tala. Una provisión clave para el código forestal permitiría a los propietarios de tierras contar el arbolado en los márgenes de los ríos, cumbres y cuestas empinadas como una proporción total de bosques o selva que deben ser preservados en sus tierras. En la actualidad, esas tierras no están permitidas en sus cálculos.

Fuente: 24Horas.cl con información de agencia Reuters