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Un zapatazo para Breivik

Hermano de una de las víctimas le lanzó un zapato durante el juicio en su contra.

Mariángel Calderón

Viernes 11 de mayo de 2012

"Vete al infierno, vete al infierno,tú mataste a mi hermano" gritó el joven que este jueves le lanzó un zapato al "Carnicero de Oslo", Anders Berhing Brevik, durante el juicio en su contra por el asesinato de 77 personas en los ataques dobles en Noruega el pasado 22 de julio de 2011.

El proyectil, que no alcanzó a Breivik, golpeó a uno de sus abogados que estaba sentado más cerca de los asientos donde están apostados los familiares de las víctimas de los ataques. Esta es la primera vez que el juicio, que se extenderá por diez semanas, es interrumpido por alguna persona del público. La acción ocurrió mientras se presentaba un informe sobre la autopsia de uno de los fallecidos. Medios locales aseguraron que el público asistente aplaudió al joven que luego fue sacado de la sala por la policía.

Durante esta semana, testigos del tiroteo en Utoya han entregados sus testimonios sobre el ataque al campamento que dejó a 69 personas fallecidas, en su mayoría adolescentes integrantes del Partido Laborista. Este jueves, fue el turno de Lars Henrik Oeberg, un campista que dijo que dijo haber mirado fijamente al asesino antes de correr por su vida.

Oeberg, señaló que "estoy de pie justo delante de él y le miro de frente. Puedo ver que tiene los ojos azules. Entonces empiezan los disparos". El joven logró correr hasta el agua y alejarse nadando y vio a Breivik disparando a gente a unos 20 ó 30 metros de distancia.

"Vuelvo a salir (tras bucear) y veo a Breivik allí de pie sosteniendo el arma apuntándome. No sé por qué, pero se vuelve hacia los que están en el suelo", dijo en el juicio, que se espera dure hasta fines de junio. "Cuando vuelvo a darme la vuelta veo a un chico de pie con las manos en la cabeza. Breivik vuelve hacia él y le dispara en la cabeza", añadió Oeberg, uno de los tres sobrevivientes que testificaron el jueves.

Breivik ha escuchado con calma las descripciones de sus asesinatos y apenas ha mostrado emociones, excepto cuando oyó relatar cómo al parecer dejó escapar "gritos de alegría" y rió mientras disparaba, algo que él ha negado.