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Joven paquistaní, que fue atacada por grupos talibanes, entregó discurso por la educación de los niños ante Naciones Unidas.

Mariángel Calderón

Viernes 12 de julio de 2013

Cuando Malala Yousafzai terminó su discurso por el derecho a la educación de los niños ante la Organización de Naciones Unidas, no hubo palabras que pudieran continuar con la ceremonia.

Así de potente fue el mensaje que la joven paquistaní, quien fue atacada por grupos talibanes que se oponen a su deseo de ir a estudiar, entregó a frente a cientos de delegados de la ONU.

"Los talibanes quisieron acallarnos a tiros pero fallaron", dijo Malala para expresar que su lucha por que los niños y las niñas tengan una educación no fue frenada por las balas que los extremistas le pusieron en su cabeza cuando abandonaba la escuela.

"Hoy no es mi día, no es el día de Malala. Es el día de cada mujer y cada hombre que arriesga su vida por los derechos humanos", agregó la hoy adolescente de 16 años.

Frente a una audiencia repleta, presidida por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, la activista paquistaní expresó su respeto por aquellos que luchan por los derechos humanos y que no son escuchados.

"Solo soy una chica entre muchas. No hablo por mí misma, sino por todos los que han arriesgado sus vidas y han resultado heridos, los que luchan por el derecho a vivir en paz, a ser tratados con dignidad y en igualdad de oportunidades, a tener derecho a la educación", dijo Malala.

Señaló, además, que la educación es un arma poderosa para cambiar el mundo. "Cojamos nuestros libros y bolígrafos. Ellos son nuestras más poderosas armas. Un niño, un profesor y un libro pueden cambiar el mundo. La educación es la única solución", exclamó.