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Mandela ya descansa en la tierra de sus ancestros

Este domingo se realizó ante poco más de 400 personas el funeral del ex presidente de Sudáfrica Nelson Mandela, un símbolo de la lucha contra la segregación racial y los derechos humanos.

Francisco Guerrero

Domingo 15 de diciembre de 2013

Se esperaba una gran lluvia en la localidad de Qunu para este domingo, pero el Sol salió para despedir a Nelson Mandela.

El ex presidente de Sudáfrica, el ex reo, el amigo y líder mundial fue sepultado en la casa de sus ancestros en una ceremonia a la que asistieron dignatarios de distintos países de África, así como familiares, delegaciones sociales, vecinos y amigos.

Noventa y cinco velas, la edad del querido "Madiba" al momento de morir, iluminaban un escenario pequeño donde se realizaron algunos discursos en honor a la memoria del hombre que luchó contra el apartheid en su país, el cual lideró y unió al ser proclamado como el presidente negro de la historia de Sudáfrica.

Uno de los mensajes más potentes en la despedida íntima de Mandela lo realizó uno de sus amigos y compañeros de celda en esos 26 años que estuvo detenido por luchar contra la discriminación racial en su país. Ahmed Kathrada comenzó su discurso destacando que Mandela se unía ahora a los grandes líderes de su partido y que cuando lo vio en el hospital ya no era la persona que conoció, ya no tenía el semblante de un boxeador, de un luchador, ahora estaba enfermo.

Para finalizar, y casi llegando a las lágrimas, Kathrada contó a los presentes que en tiempos de encierro se llamaban entre ellos "Madala", que significa "anciano" en señal de respeto, "Gracias mi hermano, mi mentor, mi líder. Mi vida está vacía y ya no sé a quién dirigirme", terminó su discurso entre aplausos.

Por su parte, el presidente sudafricano Jacob Zuma, también se dirigió a los presentes con un mensaje de unidad que representó en Mandela: "Eres una monumental pérdida, pero no te has ido, estarás siempre en nuestros corazones", dijo.

Luego de la ceremonia, la que culminó 10 días de duelo oficial, un velatorio multitudinario y una ceremonia semi privada, los restos de Mandela fueron despedidos por sus familiares en un momento íntimo, lejos de los flashes y los cantos.

Un momento sencillo y humilde para un hombre que quedará en la memoria de la humanidad como uno de los más grandes líderes.