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Manuel Valls, la apuesta de Hollande para salvar su mandato

El presidente francés recurre al popular pero controvertido ministro del Interior tras el descalabro socialista en las elecciones municipales.

24Horas.cl Tvn

Martes 1 de abril de 2014

El presidente francés, François Hollande, cambió este lunes de primer ministro tras la debacle socialista en las elecciones municipales y confió el cargo a Manuel Valls, popular por su firmeza frente a la delincuencia pero criticado por muchos sectores de la izquierda.

Valls, de 51 años, nacido en Barcelona (España), era ministro del Interior en el gobierno del primer ministro saliente, Jean-Marc Ayrault, quien estaba en funciones desde la llegada de Hollande al poder en mayo de 2012.

"He confiado a Manuel Valls la misión de dirigir el gobierno de Francia" con un equipo "compacto, coherente y unido. Un gobierno de combate", anunció Hollande en un discurso televisado a la nación.

"He oído vuestro mensaje". Es claro", afirmó el mandatario al sacar las lecciones de la derrota electoral de la víspera, que ha dado alas a la oposición de derecha y a la ultraderecha.

"Es hora ya de abrir una nueva etapa", dijo el jefe del Estado, que anunció un "pacto de solidaridad", una "reducción de los impuestos" y una "reducción rápida de las cotizaciones" de los trabajadores.

LA ÚLTIMA CARTA

Valls, en cambio, es una de las pocas figuras del Partido Socialista que se mantiene en lo alto de los sondeos, aunque sus posturas le han valido críticas dentro de la izquierda.

Ahora se convertirá en la última carta de los socialistas para remontar y no perder el poder en las elecciones presidenciales y legislativas de 2017.

El nuevo primer ministro nació en Barcelona, el 13 de agosto de 1962, en una familia de artistas (su padre, Xavier Valls era un reconocido pintor catalán) y se naturalizó francés tan solo a los 20 años, después de la elección del presidente socialista François Mitterrand (1981-95).

A menudo ha proclamado su "orgullo" de "estar al servicio de Francia", sin dejar por ello de asumir su origen español.

Una fidelidad que no abarca al ámbito futbolístico, pues no vaciló en revelar que apoyaría al FC Barcelona contra el París Saint-Germain (PSG) cuando ambos equipos se enfrentaron el año pasado en cuartos de final de la Liga de Campeones.

Tuvo una carrera política sin fallas -alcalde de Evry (suburbio de París) en 2001, diputado en 2002, ministro del Interior en 2007- y se construyó en torno a un credo: la seguridad. En 2001, atribuyó la derrota de Lionel Jospin en la presidencial precisamente a su negativa a abordar ese "tema tabú" para la izquierda.

PRESIÓN DE LA CALLE Y LOS MERCADOS

Según un sondeo BVA para el diario Le Parisien, el 74% de los franceses quería que Ayrault renunciara a su cargo.

Las malas noticias para el gobierno francés se acumularon este lunes. Francia registró un déficit público de 4,3% del PIB en 2013, superior a la meta de 4,1% pactada con la Comisión Europea.

La deuda pública de la segunda economía de la zona euro trepó del 90,6% de 2012 a 93,5% en 2013.

Y el desempleo, que Hollande había prometido empezar a reducir hacia fines de 2013, supera el 10% de la población activa y no para de crecer.

Hollande se ha comprometido a recortar el gasto público en 50 mil millones de euros de aquí al final de su mandato en 2017, en el marco de un "pacto de responsabilidad" consistente en reducir la carga impositiva de las empresas para que éstas puedan crear empleo.

CRÍTICAS DE LOS ALIADOS

Pero Valls tendrá que vérselas con las diferentes tendencias del PS y de sus aliados ecologistas para enfrentar esos desafíos.

Este nombramiento ha suscitado una fuerte oposición en el frente de izquierda, mientras que los Verdes, que tenían dos ministros en el gobierno actual, no piensan formar parte del futuro ejecutivo al considerar que Valls "no es la respuesta adecuada a los problemas de los franceses".

Cuando faltan unas semanas para el segundo aniversario de su llegada al Elíseo y dos meses para las elecciones europeas, el presidente francés registró el domingo en las municipales una derrota personal: una impopularidad récord, una crisis de confianza simbolizada por la fuerte abstención de los electores de izquierda y el alto desempleo que no logra revertir.

Los socialistas perdieron al menos 155 ciudades de más de 9.000 habitantes, algunas de ellas bajo administración de izquierda desde hacía más de un siglo. Con esto, la derecha arrebata a la izquierda el estatuto de primer poder local.

El PS logró no obstante mantener algunas de las ciudades más importantes: Lille (norte), Estrasburgo, Lyon (este), Nantes (oeste) y sobre todo París, gracias a la también francoespañola Anne Hidalgo, que será la primera mujer en dirigir la Ciudad Luz.

El ultraderechista Frente Nacional, casi ausente hasta ahora a nivel local, se alzó con once ayuntamientos y entra en "una nueva etapa", según su presidenta, Marine Le Pen.

Fuente: AFP

Foto: Reuters