Después de que la chilena Marcela Gabler pasara tres días detenida en Venezuela, el canciller Heraldo Muñoz criticó el hecho de que "fue detenida porque le 'contestó mal' a funcionarios de la Guardia Nacional de Venezuela". Sin embargo, la mujer de 50 años simplemente no sabe el motivo. "Nunca me dijeron por qué me detuvieron", confesó.
En entrevista a Canal 24 Horas, la mujer - que vive en Venezuela hace 38 años - relató que se encontraba manejando su auto el jueves cuando, de pronto, se bajó de él para ayudar a unos manifestantes heridos en una calle de la ciudad Isla Margarita. Y, en ese contexto, ocurrió lo inesperado.
"Yo soy madre y, como madre, una ve en esos muchachos a su hijo. Me detuve a ver qué pasaba y algo me dijeron unos guardias. Les dije que se retiraran, eso les molestó y uno le dice al otro que me detenga. Llévensela, dijo uno, y empezaron a arrastrarme. Después llegaron más, y entre seis me metieron a un auto", recordó.
La mujer, nacida en Chile pero residente en ese país desde los 12, cuando huyó de Chile porque su padre era un perseguido político por la dictadura de Augusto Pinochet, agregó que "me llevaron a un comando y les dije que por favor me dijeran por qué me detuvieron y me permitieran hacer una llamada". Le dejaron llamar a un familiar, pero no le dijeron el motivo de la detención.
"En ningún momento te explican nada. Solamente te toma declaración u abogado de la Defensoría del Pueblo", dijo.
Posteriormente, Gabler fue llevada a otro comando y en ese recinto estuvo, según contó, "detenida junto a unas 60 personas" durante tres días, en los cuales no pudo ver a su familia y estuvo sentada en una silla, sin colchoneta para dormir, aun considerando que ella padece de lupus.
"Pero no hubo malos tratos. La vicecónsul explicó que yo tenía mi tratamiento y me hicieron llegar medicamentos y comida".
Después de tres días, y todavía sin ninguna explicación oficial del motivo de la detención, Gabler fue dejada en libertad este domingo.
'No hay ninguna exageración de lo que se dice de acá'
Tras casi cuatro décadas residiendo en Venezuela, la señora de 50 años habla con claro acento de ese país y recuerda que antiguamente la situación era muy distinta a la actual, en la que se vive mucha escasez y los precios son muy altos. Por eso, expresó que "lo que más me duele son los muchachos con ilusiones y esperanzas de tener una vida digna, que ahora no se puede y antes se podía. Faltan muchas cosas".
"Las protestas no han parado desde el 1 de abril, y todo lo que se puede saber de aquí es verdad. No hay ninguna exageración. Y esto no es un gobierno de izquierda; si lo fuera, las cosas funcionarían mejor. El problema aquí no es una cosa de política. Hay una crisis de salud importantísima. La gente recoge comida de la basura, entre ellas gente que era de clase media, y ha bajado de peso. Incluso se hace chiste con 'la dieta de Maduro'", cuenta.
Por eso, Gabler sostuvo que "esto no se trata de una derecha extremista que quiere atentar contra un gobierno de izquierda".
"La situación es muy fuerte y cada día se hace más difícil. No se está viviendo en Venezuela", concluyó.