Los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes que protestan por el asesinato del joven negro Michael Brown continúan en Ferguson, Estados Unidos.
La noche de este lunes, al menos 31 personas fueron detenidas en las protestas que se extienden por más de diez días luego que Brown fuera asesinado por un policía cuando estaba desarmado, crimen que desató el enojo de los afroamericanos que acusan a las autoridades de racismo.
Luego el Gobernador de Misuri, Jay Nixon, decretara estado de emergencia y llamara a la Guardia Nacional para controlar las manifestaciones, cientos de personas salieron a las calles para reclamara contra el actuar de la policía que ha sido cuestionado por su inusual militarización.
En las zonas donde se desarrollan las manifestaciones, la Guardia Nacional intentó controlar las protestas lideradas por un grupo pequeño de manifestantes que acusan a las autoridades de racismo.
En horas de la madrugada, el Capitán Ron Johnson de la policía de Misuri, señaló que entre los detenidos se cuentan personas de Nueva York y California. Informó, además que dos personas fueron baleadas y se confiscó un cóctel de bombas Molotov.
Johnson señaló que varios efectivos de la policía resultaron heridos producto de rocas y botellas lanzadas por los manifestantes.
"No voy a dejar que los criminales que vienen de distintas partes del país o que viven en esta comunidad definan este barrio", señaló Johnson.
Esta es la primera vez que la Guardia Nacional es destinada a resguardar manifestaciones civiles desde las protestas ocurridas en Los Ángeles en 1992.
Horas antes de los últimos enfrentamientos, el presidente, Barack Obama, se distanció del uso de este tipo de seguridad en Ferguson y pidió que fuera limitado.
"Pese a que entiendo las pasiones y el enojo por la muerte de Michael Brown, ceder al odio llevando armas o atacando a la policía sólo sirve para elevar las tensiones y provocar caos", sostuvo Obama en una rueda de prensa.
"Esto socava, en lugar de avanzar, la justicia", agregó.
Una autopsia realizada en nombre de la familia de Brown demostró que le dispararon al menos seis veces, incluyendo dos veces en la cabeza.
La trayectoria de una de las balas indica que Brown podría haber estado bajando la cabeza, en señal de rendirse, cuando recibió el tiro fatal, dijo el abogado de la familia, Daryl Parks.
De acuerdo con la policía, el oficial involucrado en el tiroteo dijo que disparó inicialmente después de que Brown metió la mano en su coche policial.
Parks dijo en una rueda de prensa una bala alcanzó a Brown en la parte superior de la cabeza y otra le destrozó el ojo derecho.
"Su cabeza estaba en una posición hacia abajo", dijo Parks. "Teniendo en cuenta ese tipo de hechos, este funcionario debería haber sido arrestado", sostuvo Parks.
No había señales de lucha con el oficial ni de residuos de pólvora en el cuerpo.
Foto: agencia Reuters