Tras el escándalo político surgido en Brasil luego que un empresario local grabara al presidente Michel Temer dando la orden de pagarle al ex timonel de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, para que no declare lo que sabe sobre el caso "Lava Jato", este jueves el mandatario interino ofreció una conferencia de prensa en donde descartó abandonar su alto cargo, y negó las acusaciones en su contra.
Temer dijo además que pedirá una investigación de las acusaciones que sobre él pesan.
En una cita que concitó todo el interés de la prensa brasileña, Temer fue enfático en señalar que no conoce la grabación, y negó de manera tajante haber pagado por el silencio de alguien. De igual manera, garantizó que probará su inocencia ante el Supremo Tribunal de Brasil, instancia donde está siendo investigado.
"No compré el silencio de nadie porque no tengo miedo de la declaración", sostuvo el reemplazante de Dilma Rousseff, añadiendo que no tiene nada que responder a la justicia.
Con el objetivo de despejar toda duda respecto a su disposición para continuar al mando del país, Temer finalizó manifestando de manera firme: "No voy a renunciar".
Cabe destacar que líderes del principal aliado de Temer en el Congreso, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PSDB), dijeron que si las acusaciones son ciertas pedirían que tres de sus miembros en el gabinete renuncien.
Además, los mercados se desplomaron por preocupaciones de que la investigación podía descarrilar la agenda fiscal y económica de Temer. Las acciones de empresas controladas por el Estado, como Banco do Brasil SA y Petróleo Brasileiro SA o Petrobras, perdían cerca de un quinto de su valor. El real, en tanto, se desplomaba un 7 por ciento.
El Tesoro y el banco central dijeron que estaban dispuesto a mantener la liquidez y el funcionamiento apropiado de los mercados financieros.
La policía federal, mientras tanto, intensificó sus investigaciones en el caso "Lava Jato" y cercó a los aliados de Temer.