Las autoridades argentinas investigan el funcionamiento de varias morgues de Buenos Aires, tras la desaparición de más 200 cadáveres no reclamados y de constatar errores graves de registro, identificación y conservación de los restos.
El allanamiento judicial de varios hospitales de la capital argentina en las últimas semanas reveló además otro tipo de irregularidades como la existencia de cuerpos de bebés con la misma identidad, restos humanos sin identificar o desperdigados por las cámaras frigoríficas y cadáveres en avanzado estado de descomposición.
La investigación se inició a raíz de una solicitud del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires para enterrar 23 cuerpos que llevaban años en los depósitos de cadáveres de cuatro hospitales.
El encargado de tramitar esa solicitud, el magistrado Roberto Gallardo, descubrió graves irregularidades en los registros de ingreso y salida de los restos y ordenó inicialmente el allanamiento de los centros sanitarios.
Gallardo constató que en esos hospitales faltaban decenas de cadáveres cuyo ingreso constaba en los registros, pero no su salida, pese a que no estaban en los depósitos.
En el Hospital Rivadavia, uno de los centros investigados, encontraron 16 cuerpos, el doble de la capacidad del depósito.
En la morgue de menores, pese a que en los informes consta el ingreso de 73 cadáveres sin salida registrada -la mayoría de ellos fetos o recién nacidos- sólo se han encontrado trece.
Representantes de los trabajadores de los hospitales atribuyen lo sucedido a las carencias de personal, que denuncian desde hace meses, y no a negligencias.
"Durante todo un año no había personal, por ejemplo, en el Hospital Rivadavia, y eso seguramente es lo que ha pasado también en algunos otros hospitales", explicó a Efe Rodolfo Arrechea, miembro de la Asociación de Trabajadores del Estado.