“Drones” y ejecuciones selectivas se han convertido en la base fundamental de la estrategia de Estados Unidos para diezmar a Al Qaeda en Afganistán, Pakistán y Yemen, durante el mandato de Barack Obama.
Los medios estadounidenses debaten esta semana la legitimidad de estas nuevas tácticas de combate, al tiempo que se ha destapado que Estados Unidos operó desde una base secreta en Arabia Saudí en 2011.
Dicha base sirvió para el lanzamiento de un ataque, con un avión no tripulado de la CIA, que dio muerte a Anwar Al Awlaki, un líder de Al Qaeda nacido en Estados Unidos.
The Washington Post asegura que la base en Oriente Medio fue establecida hace dos años como parte del esfuerzo de funcionarios estadounidenses para acelerar su búsqueda de miembros del grupo terrorista.
Otro informe del New York Times también informó que John Brennan, próximo director de la CIA, trabajó en estrecha colaboración con Arabia Saudí para obtener la aprobación para establecer una base secreta de aviones no tripulados en el país del Golfo Pérsico.
NBC News desveló el memorándum oficial, de 16 páginas, por el que el gobierno de Estados Unidos argumenta la legalidad de los ataques con aviones no tripulados para matar a sospechosos en el exterior, incluso aunque sean ciudadanos estadounidenses.
El revuelo causado pone de relieve la necesidad de que Obama someta estas decisiones sobre las ejecuciones selectivas al juicio del Congreso y de los tribunales.