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Obama pide un proyecto de ley sobre control de armas

El mandatario estadounidense hizo mención a lo ocurrido en Newtown y Connecticut para sensibilizar a los legisladores.

Sebastian Marchant

Viernes 29 de marzo de 2013

El presidente Barack Obama buscó el jueves dar un nueva fuerza a los intentos por aprobar un proyecto de ley sobre el control de armas, pidiendo a los legisladores de Estados Unidos que no olviden a aquellos que murieron a tiros en Newtown, Connecticut, hace tres meses.

En medio de señales de que podría verse obligado a aceptar una versión menor de un proyecto de ley sobre el control de armas, Obama pareció frustrado al pedir a los estadounidenses que exijan al Congreso de Estados Unidos que actúe en las próximas semanas.

Obama dijo que quienes se oponen a la ley, entre ellos la poderosa Asociación Nacional del Rifle, están "haciendo todo lo posible" para descarrilar los esfuerzos a apenas 100 días de la masacre en la escuela primaria Sandy Hook, en la que un hombre armado mató a 20 niños, seis empleados y luego se mató.

"Todo el país prometió que haríamos algo al respecto y que esta vez sería diferente. Qué vergüenza si lo hemos olvidado. Yo no me he olvidado de esos chicos. Qué vergüenza si lo hemos olvidado", dijo Obama, quien apareció en la Casa Blanca con las madres de los niños que murieron en la masacre.

El hombre armado responsable de la matanza de Newtown, Adam Lanza, realizó 154 disparos en menos de 5 minutos, escogiendo un cargador de alta capacidad de un arsenal en su hogar repleto de espadas, cuchillos y una colección de armas, dijeron el jueves funcionarios.

A pesar de hechos como este, la organización de base de los partidarios de Obama y una campaña publicitaria de alto perfil financiada por el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, para mantener la presión, el proyecto de ley sobre control de armas se estancó en el Capitolio en las últimas semanas.

La mejor oportunidad de éxito para los partidarios del control de armas es que el Congreso apruebe una verificación de antecedentes universal para los compradores de armas y sanciones más estrictas para el tráfico de armas.

Es menos probable que se aprueben prohibiciones a las armas de asalto y a los cargadores de municiones de alta capacidad, dos de las principales propuestas que surgieron del grupo de trabajo sobre la violencia con armas del vicepresidente Joe Biden, creado por Obama tras la masacre en Newtown.

"SOLO EL PRINCIPIO"

Biden pareció reconocer el desafío cuando dijo en una conferencia telefónica el miércoles organizada por Alcaldes Contra las Armas Ilegales que el Gobierno seguirá presionando por una acción, sin importar lo que el Congreso haga en el futuro inmediato.

"Permítanme que se los diga lo más claramente posible: Esto es tan solo el principio", dijo Biden.

Obama esperaba al inicio de su segundo mandato aprovechar el amplio margen de su reelección para lograr avanzar rápido en tres importantes temas: la violencia de armas, la reducción del déficit y la reforma al sistema de inmigración.

Todas los proyecto avanzan lentamente por el momento.

La reforma al sistema de inmigración tiene las mayores posibilidades de éxito debido a que los republicanos buscan atraer a más hispanos estadounidenses, quienes votaron abrumadoramente a favor de Obama y de sus demócratas en las elecciones de 2012.

Los republicanos insisten en que antes de ofrecer una opción de conseguir la ciudadanía a los 11 millones de inmigrantes ilegales se garantice que las fronteras de Estados Unidos sean seguras.

Los intentos de Obama por negociar una "gran oferta" destinada a reducir el déficit presupuestario de Estados Unidos se enfrenta a un estancamiento político y podría fracasar por las diferencias partidistas.

Los legisladores aún están golpeados tras la batalla sobre los 85.000 millones de dólares en recortes automáticos al gasto que comenzaron a regir el mes pasado a pesar de los intentos de Obama por evitarlos.

Obama aún desea lo que los republicanos le negaron en esa batalla presupuestaria, un aumento de los impuestos a los ricos mediante la eliminación de algunos beneficios y vacíos jurídicos. Los Republicanos, en cambio, quieren recortar el gasto.

Los problemas para aprobar las leyes más importantes reflejan las divisiones partidistas en Washington, con la Casa Blanca y el Senado en manos de los Demócratas y la Cámara de Representantes controlada por los Republicanos. Eso hace que las elecciones legislativas del 2014 sean de creciente importancia.