En medio del Congreso del Partido Comunista chino, que pone fin al Gobierno de Hu Jintao, una ola de inmolaciones de monjes tibetanos pone en alerta a las autoridades. En menos de siete días han sido ocho los religiosos que se han prendido fuego en protesta por la libertad del Tibet.
La última víctima fue el joven monje de 18 años, Gonpo Tsering, quien se prendió fuego frente a un monasterio en la ciudad de Hezuo, en la prefectura autónoma tibetana de Gannan, según fuentes del gobierno provincial.
De acuerdo a información publicada por Radio Free Asia, el joven pidió "libertad para los tibetanos, la vuelta del Dalai Lama al Tibet y la libertad de las lenguas". Su protesta, se suma a otras siete ocurridas en el país. De ellas, dos fueron realizadas durante el Congreso del Partido Comunista realizado entre el 6 y 7 de noviembre.
La ola de inmolaciones preocupó al Gobierno chino, que criticó al Dalai Lama por glorificar a quienes decidía inmolarse. A ello, el líder espiritual habría respondido desde Japón, diciendo que China debe investigar en profundidad las causas del conflicto.
Cerca de 70 tibetanos se han prendido fuego desde marzo del año 2011. Al menos 56 de ellos han fallecido.