Desde tempranas horas de esta mañana cientos de miles de fieles se han agolpado en la playa de Coapacaba, la más simbólica de Río de Janeiro, para asegurar su lugar en primera fila en la misa que marca la inauguración de la Jornada Mundial de la Juventud, la cual contará desde mañana con la participación del Papa Francisco.
Diversos peregrinos de todas partes de América Latina y el mundo se han congregado en masa a las orillas del mar. Muchos acampan y aprovechan los "confesionarios express" dispuestos por la organización del evento. Diversos sacerdotes confiesan en todos los idiomas a los fieles.
Durante la jornada, la ciudad brasileña vivió un caos al paralizarse por casi dos horas el Metro debido a un problema eléctrico.
"La línea 1 y la 2 están paradas por un problema de energía en las vías" que comenzó hace aproximadamente una hora, señaló la portavoz. Debido al problema eléctrico "hubo que hacer evacuaciones" de personas en los trenes entre estaciones, señaló.