Las elecciones celebradas este domingo en Sicilia, una de las ciudades más importantes de Italia, sufrieron una fuerte sacudida tras los resultados de los candidatos al cargo de gobernador puesto que se prevé la proyección a nivel nacional del partido que triunfe en este proceso.
Al escrutarse la mitad de las 5.300 mesas de los comicios de ayer, se pudo interpretar la gran desaprobación de la clase política gobernante puesto que el porcentaje de los ciudadanos que no sufragó alcanzó el 52,3%. En tanto, el 47,7% que sí llegó hasta las urnas manifestó la necesidad de cambiar el bastión tradicional de los conservadores de Silvio Berlusconi.
A la luz de las cifras oficiales, y pese a los pronósticos, va liderando Rosario Crocetta, el candidato de la centroizquierda del partido Democrático que ha reconocido abiertamente su homosexualidad, con el 30,80% de los votos, quien además es aliado de los centristas UDC de Pier Ferdinando Casini.
En la segunda posición, separado por seis puntos, se encuentra el candidato de influencia berlusconiana, Nello Musumeci.
El candidato de "Beppre Grillo", Giancarlo Cancelliere, se queda con el 18,8% y en el cuarto lugar se instala Gianfranco Micchicché, ex ministro berlusconiano que llega al 1,53%.
"Para nosotros el resultado es histórico", afirmó Pier Luigi Bersani, el líder del partido Democrático, quien además se refirió al avance arrollador de Beppe Grillo, que según algunos sondeos podría lograr hasta un 25% en las elecciones nacionales de abril próximo.
Estos resultados son pésimos para el sector de Silvio Berlusconi y hasta podrían sepultarlo en términos políticos. El partido conservador comienza a sufrir los embates de una crisis en la que el apoyo popular ha descendido un 14,3% según los sondeos.