Una llamada inició todo el operativo. Desde el celular de Denise Closs y hasta el teléfono de emergencias estadounidense llegó un mensaje que contenía muchos gritos.
Cuando la operadora volvió a llamar al número -que se cortó- no recibió respuesta y al tratar con la línea fija del lugar desde el que se hacia la conexión, notaron que la línea estaba desconectada.
Un equipo de policías fue enviado a la casa en que vivía Denise junto a su esposo James y su hija Jayme, de 13 años, y lo que encontraron fue desolador: los cuerpos de Denise y James abatidos a tiros. De Jayme no había pista alguna.
Desde la mañana del lunes 15 de octubre -jornada en que ocurrió lo relatado- la policía no ha obtenido datos certeros del paradero de la pequeña Jayme, quien creen que fue secuestrada luego del ataque a sus padres.
Es por eso que las autoridades han llamado a quienes tengan información relativa al caso a comunicarse con la policía, que ha investigado al menos 800 de las más de mil pistas que habitantes del lugar han entregado.
"Estamos usando cada recurso disponible y hemos conducido cientos de entrevistas, búsquedas múltiples y estamos usando el conocimiento técnico y forense de nuestro estado y de recursos federales para localizar a la persona o personas que cometieron este delito y localizar a Jayme", dijo el policía Chris Fitzgerald en un comunicado este sábado, documento citado en Abc News. .