Click acá para ir directamente al contenido

Primer ministro turco exige el fin de las movilizaciones

Erdogan regresó al país, luego de una semana de revueltas antigubernamentales.

24horas.cl Tvn

Viernes 7 de junio de 2013

El primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, regresó este viernes a una Turquía sacudida por días de revueltas antigubernamentales y declaró ante una multitud de seguidores que lo esperaba con banderas en el aeropuerto de Estambul que las protestas "deben cesar de inmediato".

"Ningún poder salvo el de Alá puede detener el ascenso de Turquía", dijo a miles de personas que se reunieron para saludarlo en la primera manifestación pro-Erdogan desde que comenzaron las concentraciones contra el Gobierno hace una semana.

En la plaza Taksim de Estambul, centro de protestas ahora ocupado por miles de personas, algunos coreaban "Renuncia de Tayip" mientras veían las imágenes de su discurso. En la capital, Ankara, el parque Kugulu se hizo eco de los eslóganes antigubernamentales, mientras los manifestantes bailaban y cantaban al son del himno nacional.

Los gobiernos occidentales incluido el de Estados Unidos, que ven a Turquía como aliado clave de la OTAN en Oriente Medio por ser limítrofe con Irán, Irak y Siria, han expresado su preocupación por el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía turca.

Washington ha mostrado a Turquía, bajo el gobierno de Erdogan, como un ejemplo de democracia musulmana que podría ser emulado por otros países de la región, como Egipto.

Erdogan reconoció que la policía podría haber usado la fuerza en exceso al sofocar una pequeña manifestación contra un proyecto de construcción el viernes pasado. Esa fue la acción que desató protestas en todo el país contra sus 10 años en el poder.

"Sin embargo, nadie tiene el derecho de atacarnos con eso. Que Alá preserve nuestra fraternidad y unidad", dijo el premier, que niega las acusaciones de que esté intentando reemplazar el orden laico que impera desde hace 90 años por uno de corte islámico.

"El secreto de nuestro éxito no es la tensión y la polarización", agregó. "La policía está cumpliendo con sus obligaciones. Estas protestas, que han derivado en vandalismo y anarquía absoluta, deben cesar de inmediato", dijo Erdogan a la multitud de personas que lo vitoreaban.

CLARO DESAFÍO

El primer ministro no dio muestras de ningún plan inmediato para desalojar los campamentos improvisados que aparecieron en la plaza Taksim y en un parque de Ankara. Pero las concentraciones suponen un claro desafío a un líder cuya autoridad se construye sobre tres victorias electorales consecutivas.

Erdogan ha presionado por muchas reformas democráticas, amansando a un Ejército que ha derrocado a cuatro gobiernos en cuatro décadas, iniciando conversaciones de entrada a la Unión Europea, poniendo freno a los abusos de derechos por parte de la policía y forzando conversaciones de paz con los rebeldes kurdos para poner fin a una guerra de tres décadas que ha costado 40.000 vidas.

Los ingresos per cápita se han triplicado en términos nominales y las empresas han prosperado a nivel nacional y fuera de las fronteras turcas.

Pero en los últimos años, los críticos dicen que su estilo, a menudo vigoroso y sentimental, se ha vuelto autoritario.

Los medios se han visto presionados y los arrestos de militares y otras figuras por supuestos intentos de golpes de Estado, e iniciativas como restringir la venta de tabaco y alcohol, han intranquilizado especialmente a las clases medias laicas sensibles a cualquier intrusión de la religión en su vida diaria.

Fuentes cercanas al partido AK que Erdogan fundó en 2001, y que sólo un año después aplastó en las urnas a los partidos laicos tradicionales, sugieren que existe un cierto asedio a su liderazgo, y que fuerzas dispares e influyentes son proclives a retirar a Erdogan independientemente de sus políticas o mandato.

Erdogan ha dejado claro que no tiene intención de hacerse a un lado, destacando el 50 por ciento de los votos conseguidos en las últimas elecciones.

La palabra clave entre los seguidores de Erdogan, en Twitter y en los carteles callejeros, es "Yedirmeyiz": no lo sacrificaremos. Un cartel muestra a Erdogan junto al ex primer ministro Adnan Menderes, ahorcado después del golpe de Estado de 1960, y Turgut Ozal, un ex presidente que algunos sospechan que fue envenenado, en quienes proyecta su imagen el actual líder.

El asesor jefe de Erdogan, Yalcin Akdogan, ve una concurrencia de fuerzas nacionales y externas que quisieran humillar al mandatario.

"En este consorcio, hay gente que quiere darle una lección y hay quienes quieren destruirlo", escribió Akdogan en el periódico Star.