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Quién era Abu Bark Al-Baghdadi, el fallecido líder del Estado Islámico

Clérigo de mezquita y militante de Al Qaeda antes de sumarse al EI y proclamarse como su líder, era considerado uno de los hombres más peligrosos del mundo y EE.UU. había ofrecido una millonaria recompensa por su captura.

Augusto Catoia

Martes 11 de julio de 2017

En un contexto de duras derrotas y debilitamiento del Estado Islámico, principal actor del terrorismo islámico en el mundo, otro duro golpe sufrió el grupo este martes con la muerte de su líder, el iraquí Abu Bakr Al-Baghdadi.

El ex clérigo, con profundos estudios del Islam y amplia militancia fundamentalista, fue menos mediático que Osama Bin Laden o quizás incluso que atacantes de atentados en Europa como Salman Abedi, el agresor que protagonizó el ataque suicida que mató a 22 personas en Manchester. Sin embargo, en la prensa especializada y en círculos de inteligencia militar fue considerado como uno de los hombres más peligrosos del mundo.

 

Bajo su liderazgo, el Estado Islámico se erigió como un grupo conocido por su persecución a cristianos, periodistas, trabajadores de misiones humanitarias, kurdos y otros grupos humanos, además de conformarse como uno de los cuatro ejes combatientes en la guerra civil en Siria y destruir diversos sitios calificados como patrimonios históricos.

"El Jeque Invisible"

 

Y mientras el grupo en el cual iba a la cabeza como "califa" (principal líder político y religioso) se hizo muy conocido, poco se supo de su vida. De hecho, el nombre por el cual es conocido es apenas un alias de guerra, pues su nombre real es Ibrahim Awad Ibrahim Al-Badri y también fue apodado "El Fantasma" y "El Jeque Invisible".

Se cree que Abu Bakr (o Ibrahim) nació en Samarra, Irak, en 1971 y llegó a realizar un doctorado en estudios islámicos por la Universidad de Bagdad. Según BBC, era un clérigo de una mezquita de la capital de su país en la época de la invasión de EE.UU. en 2003.

En el contexto de la guerra en ese territorio, surgió como líder de la rama iraquí de Al Qaeda, que luego se juntaría a otras agrupaciones para formar el Estado Islámico en Irak y Siria (conocido por las siglas ISIS o EI), en 2010, y subió aún más en la escala de poder de la entidad con el tiempo. Y para cuando el grupo se autoproclamó Estado Islámico, en 2013, él se anunció como su líder máximo.

 

El mencionado medio británico destacó, además, que uno de los aspectos que congregó tantos jóvenes yihadistas al EI fue justamente su forma de comandar. A diferencia del líder de Al Qaeda, el egipcio Ayman al-Zawahiri, quien sería principalmente un teólogo, Al-Baghdadi desarrolló una reputación de estratega militar ordenado e implacable.

Y eso habría ayudado a complicar aún más el objetivo de dañar al grupo, que ha camuflado a sus miembros en medio de la población civil en Medio Oriente, se ha inmiscuido en Europa a través de "lobos solitarios" y simpatizantes y realizado ataques terroristas también en África.

De esa manera, el grupo actuó simultáneamente como una fuerza terrorista y militar, siendo así adversario de policías y fuerzas armadas internacionales. Y siempre con "el jeque invisible" a la cabeza, aunque no se notara tanto. Tal fue su importancia, que en 2015 sólo quedó atrás de la canciller alemana Angela Merkel en el ranking de la Persona del Año, de la revista Time.

 

Por todo esto, los Estados Unidos lo habían designado oficialmente como "terrorista" y ofreció US$ 10 millones por su captura. Se había comunicado su muerte en al menos cuatro ocasiones: en noviembre de 2014, en enero y abril de 2015 y el 16 de junio de este año.

Actualmente, sumido en una situación debilitada por la pérdida de al menos 60% de su territorio y 80% de sus ingresos, el grupo busca un sucesor para su misterioso pero poderoso "califa".