El gobierno federal de México asumió el domingo la seguridad de 13 municipios después de detectar presuntos nexos de sus policías con el crimen organizado, en el marco de la investigación por los 43 estudiantes desaparecidos hace más de tres semanas.
Los jóvenes, cuyas familias peregrinaron este domingo a la Basílica de Guadalupe, están desaparecidos desde que la noche del 26 de septiembre fueron víctimas de ataques a tiros de policías de la ciudad de Iguala (Guerrero, sur) y sicarios del narcotráfico, que dejaron seis muertos.
Como ya se hizo con los cuerpos policiales de Iguala y la vecina Cocula, el gobierno federal retiró el domingo en bloque a los agentes de 12 municipios del estado de Guerrero, incluido el turístico Taxco, y los del vecino Ixtapan de la Sal (estado de México).
El comisionado nacional de seguridad, Monte Alejandro Rubido, explicó que los agentes fueron desarmados y trasladados a una base militar, donde se les practicarán exámenes de control de confianza y se analizará si sus armas fueron usadas para cometer delitos.
"La policía federal, con apoyo del ejército, será la institución encargada de brindar la seguridad pública" a partir de ahora en esas localidades, afirmó Rubido, que no vinculó a esas policías con ningún acto criminal ni ningún grupo delincuencial en particular.
La colonial Taxco (105.000 habitantes), a 185 km de Ciudad de México, ha vivido varios episodios de violencia en los últimos años, el más grave de ellos el hallazgo de 55 cadáveres en un fosa clandestina en 2010.
Fuente: AFP - Foto: Reuters.