Una historia que parece de película es la que trae en su próxima edición la revista británica Globe, relacionada con la Familia Real Británica y específicamente, con la fallecida Diana de Gales.
Se trata de la supuesta existencia de una hija secreta de la princesa, que actualmente residiría en Nueva York y se llamaría Sarah.
Los detalles de su llegada al mundo son sorprendentes: el 24 de febrero de 1981, cuando se anunciaba el compromiso entre Diana y el príncipe Carlos, la realeza recurrió a la medicina de última tecnología de la época para fertilizar espermios de Carlos con óvulos de Diana y así asegurarse respecto a la fertilidad de la pareja.
Durante el proceso, uno de los médicos a cargo del tratamiento in vitro robó parte de los embriones congelados y se los implantó a su propia esposa.
Producto del embarazo nació una niña, lo que ocurrió ocho meses antes que Diana diera a luz al príncipe William.
De hecho él mismo habría establecido contacto con su nueva hermana y le pidió a su esposa, Kate Middleton, que visite en Nueva York a la joven para conocerla. La princesa habría quedado impactada con el parecido entre Sarah y su fallecida suegra.
Aunque desde el Palacio de Buckingham aún no hay reacciones, el artículo ha sido destacado por importantes medios internacionales.