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Ritual de lapidación de Satanás en un hach bajo alta seguridad en Arabia Saudí

Los participantes se dirigieron al monte Arafat este viernes para realizar el ritual considerado como el punto cúlmine del "hach" (peregrinación).

Agencia AFP

© AFP

Viernes 1 de septiembre de 2017

Dos millones de peregrinos musulmanes participaban este viernes, en Arabia Saudí y bajo una alta seguridad, en el ritual de la lapidación del demonio en Mina, que hace dos años terminó en tragedia.

El ritual, que consiste en lanzar siete piedras contra una de las tres estelas que representan a Satanás, ha terminado de forma dramática en varias ocasiones en la historia del hach.

El viernes por la mañana se celebraba bajo una alta seguridad, con cordones policiales regulando el flujo de peregrinos, también vigilados por cámaras, y helicópteros sobrevolando el lugar, en medio de un calor sofocante.

"Dos peregrinos se han desmayado delante mío esta mañana", contó Almas Khattak, un voluntario paquistaní. 

Empleados de seguridad rociaban con vaporizadores la cara de los fieles. Apenas eran las 08:00 a.m hora local y numerosos peregrinos habían abierto sus paraguas para protegerse del sol. 

Habiba Kabir, una nigeriana que vive en Riad desde hace dos años, se refrescaba en una de las fuentes instaladas a lo largo de todo el recorrido.

La sombra de la estampida mortal de 2015 que se cobró la vida de más de 2.000 peregrinos planeaba en esta jornada. 

La gestión de los movimientos de la multitud es uno de los mayores desafíos que tienen que enfrentar las autoridades saudíes, que en 2015 fueron muy criticadas. 

"Hemos tomado medidas para la organización del desplazamiento de las multitudes en varios lugares donde la afluencia es grande", aseguró hace unos días el portavoz del ministerio de Interior, Mansur Al Turki. 

Los fieles celebraban también el viernes el Eid Al Adha ("fiesta del sacrificio"), una de las fiestas más importantes del calendario musulmán. 

Muchos musulmanes suelen sacrificar un animal para la ocasión, en general un cordero, para conmemorar la sumisión a Dios de Abraham, que estaba dispuesto a matar a su hijo, que fue sustituido por este animal en el último momento, según la tradición.