Si hoy Mitt Romney consigue una victoria en Texas -como todo apunta- se convertirá en el candidato presidencial republicano y en el futuro contendor de Barack Obma, en la elecciones del próximo 6 de noviembre.
Texas otorga 155 delegados de los cuales Romney sólo necesita menos de la mitad, para superar el umbral necesario de 1.144 y así conseguir la nominación. La victoria podría acrecentar las posibilidades de Romney, quien está librando una dura batalla con Obama.
La campaña del mandatario ha atacado intensamente al republicano por su desempeño como ejecutivo de una firma de capital privado y como ex gobernador de Massachusetts.
El favorito republicano está tratando de superar la desconfianza que existe entre los votantes conservadores, que miran con recelo su labor como gobernador de Massachusetts, donde introdujo una reforma de salud que dicen era similar a la reforma nacional del sector llevada a cabo por Obama en el 2010, aprobada en el Congreso pese a la fuerte oposición republicana.
Si Romney consigue llegar este martes a los 1.144 delegados, creará una carrera electoral de cinco meses, en momentos en que Obama intenta mostrarlo como un despiadado empresario por su labor en Bain Capital, una firma de capital privado.
En tanto, el republicano mantiene su enfoque en atacar el manejo económico de Obama en el gobierno, una estrategia que parece estar ayudándole en una lucha cuesta arriba para derrotar a un presidente en ejercicio.
Las encuestas muestran que los votantes prefieren a Romney sobre Obama cuando se les pregunta quién es mejor para manejar la economía del país.