Más de 800.000 personas murieron durante el exterminio de la minoría tutsi, y hutus moderados, en Ruanda en 1994.
Fueron cien días de matanza, desde el 6 de abril de aquel año, poco después del fallecimiento del presidente Juvenal Habyarimana, miembro de la mayoría hutu, al ser derribado su avión cuando sobrevolaba Kigali.
Los asesinatos indiscriminados llegaron a su fin en julio de 1994, cuando los milicianos del Frente Patriótico Ruandés, liderado por el actual presidente, Paul Kagame, entraron en la capital ruandesa desde Uganda y se hicieron con el control del país.
Este lunes Ruanda conmemora su pasado más triste y vergonzoso con una semana de luto oficial, a 20 años de aquel terrible del genocidio.
Los actos oficiales comenzaron con una ceremonia en el monumento en conmemoración a los acontecimientos, tras lo que el presidente encendió una antorcha en el estadio Amahoro de la capital, Kigali. La antorcha fue portada a través del país durante los últimos tres meses, visitando 30 provincias y pasando de ciudad en ciudad.
En los actos estarán presentes figuras internacionales como el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, el ex primer ministro británico, Tony Blair, y el ex presidente sudafricano Thabo Mbeki.
Por el contrario, no habrá ningún representante diplomático de Francia, debido a su controvertido papel en la masacre, y solo estará su embajador en Kigali.
La participación de la ministra de Justicia gala, Christiane Taubira, fue cancelada, tras las acusaciones del presidente ruandés contra Francia, antiguo aliado del Gobierno de Habyarimana, por su presunta participación en las matanzas.
En una entrevista, Kagame denunció el "papel directo" de Bélgica y Francia en la "preparación política del genocidio". En respuesta, París dijo que los comentarios iban contra los esfuerzos de reconciliación entre ambos países.
Francia niega su participación en el genocidio, y limita la acción de sus tropas a la ayuda a los civiles, en base al mandato de la intervención de Naciones Unidas en el país. Kagame acusa a París de proteger a las milicias responsables de los asesinatos.
En 2008, una comisión ruandesa determinó que el entonces Gobierno francés era consciente de la existencia de preparativos sobre el genocidio y que ayudó a entrenar a las milicias hutu que posteriormente participaron en las matanzas.
IMPEDIR QUE SE REPITA EL GENOCIDIO
Ban Ki moon ha dado una rueda de prensa desde Kigali, poco antes del inicio de los actos de conmemoración, en la que ha recalcado la necesidad de que la comunidad internacional "aprenda de las atrocidades y garantice que las palabras nunca más sean traducidas a acciones".
"Esto nunca debe volver a ocurrir", ha indicado, explicando que es importante "usar las lecciones trágicas y duras" de lo que ocurrió en Ruanda en 1994 y en Srebrenica en 1995 para garantizar que esas atrocidades no se repiten.
Ban ha reconocido que los genocidios de Ruanda y Srebrenica son "errores emblemáticos" de la comunidad internacional y ha reconocido que, pese a que el mundo ha logrado avances desde entonces, se debe hacer aún más.
Por último, el secretario general de Naciones Unidas ha pedido "que se muestre a la gente a la gente que hace frente a graves amenazas que no están solos o amenazados y que la ayuda que necesitan está en camino".