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Sigue la purga en China

Wang Lijun fue condenado por ocultar el asesinato del empresario británico Neil Heywood.

Mariángel Calderón

Lunes 24 de septiembre de 2012

Siguen rodando cabezas en la cúpula del Partido Comunista Chino (PCCh) por la muerte de un empresario británico a principios de año.

En una de las peores crisis políticas que sufre la habitualmente intocable casta dirigente china, este lunes fue condenado a 15 años de cárcel un ex jefe de la policía que fue encontrado culpable de los cargos de violación de la ley en interés propio, deserción, abuso de poder y aceptación de sobornos. 

Wang Lijun, ex vicealcalde y ex jefe de la policía de la municipalidad suroccidental china de Chongqing, huyó en febrero al consulado de Estados Unidos en Chengdu. La causa habrían sido las desavenencias surgidas con Gu Kailai, esposa del líder comunista Bo Xilai , y que fue hallada culpable recientemente del asesinato del empresario británico Neil Heywood.

Luego que las presiones y discusiones se agravaran entre ellos, Wang pidió a sus subordinados que recopilaran de nuevo y guardaran cuidadosamente todas las evidencias del caso. Por si fuera poco, el jefe policial disponía de una grabación en la que Kailai admitía haber envenenado al británico.

La situación se complicó aún más luego que Wang informara a sus superiores que Gu Kailai, esposa de una de las estrellas emergentes del PCCh, era sospechosa del homicidio de Heywood y aportó importantes pruebas y materiales. La policía china reabrió la investigación del caso y lo solucionó de acuerdo con la ley.

Según publican las agencias oficiales, como funcionario público, Wang estaba al tanto de secretos de Estado, abandonó su puesto sin autorización y desertó al consulado de otro país estando de servicio. Estas circunstancias también son graves y constituye el crimen de deserción.

Además, violó las leyes y regulaciones nacionales pertinentes al usar medidas técnicas de reconocimiento contra mucha gente en múltiples ocasiones sin la aprobación de las autoridades o tras haber falsificado documentos oficiales. Estos hechos socavan gravemente el sistema legal socialista, infringen los derechos e intereses legítimos de los ciudadanos y constituyen el crimen de abuso de poder.

Wang se aprovechó igualmente de su posición y aceptó ilegalmente dinero y propiedades como pago por asegurar los beneficios para otros individuos, lo que constituye el crimen de aceptación de sobornos.

Por todo lo anterior, fue sentenciado este lunes a siete años de prisión por el cargo de violación de la ley en interés propio, a dos años de cárcel y privación de derechos políticos durante un año por el de deserción, a dos años en prisión por el de abuso de poder y a nueve años de prisión por el de aceptación de sobornos.

Tal como lo hizo Gu Kailai, Wang declaró en el tribunal que no apelará la sentencia. Con esto la crisis política en el comunismo chino comienza a ser aún más compleja, sobre todo, porque aún queda determinar cuáles son las responsabilidades del Bo Xilai, quien está siendo investigado por el partido y no ha sido visto en público durante todo el proceso judicial.

Fuente: 24Horas.cl con información de agencia Xinhua