La presión de la comunidad internacional vuelve a caer sobre el régimen de Bashar al Asad, en Siria.
Esta vez, un supuesto ataque con armas químicas ocurrido cerca de Damasco ha desatado la indignación de las principales naciones del mundo, que exigen que la ONU compruebe la masacre, que habría dejado entre 200 y 600 muertos, según la oposición.
El presidente de Francia, Francoise Hollande, hizo un llamado para que los enviados de Naciones Unidas, que se encuentran investigando el uso de armas químicas, visiten el sitio donde ocurrió el ataque.
Según informó un vocero, el mandatario francés "anunció su intención de pedirle a la ONU que visite e sitio del ataque y que proceda con una investigación para dilucidar el incidente".
Desde el Reino Unido, el canciller William Hague expresó su preocupación por los reportes del uso de armamento químico en Damasco.
"Estoy muy preocupado por los reportes de la muerte de cientos de personas en ataques aéreos con armas químicas cerca de Damasco. Estos reportes no han sido confirmados, pero si lo son, marcaran una impactante escalada en el uso de este tipo de armamentos en el país", dijo Hague.
Agregó, además, que "aquellos que ordenaron el uso de armas químicas, y aquellos que las usaron, no deben tener dudas de que trabajaremos a diario para que se detengan. Hago un llamado a que e Gobierno de Siria permita el acceso de los equipos de la ONU en el aérea".
La Liga Árabe también se pronunció, exigiendo que los enviados de la ONU se dirijan a la zona afectada.
"El secretario general dijo en un comunicado que estaba sorprendido por este deplorable crimen que ocurrió durante la visita de un equipo de Naciones Unidas, que ya esta investigando el uso de armas químicas. Él hizo un llamado a que los inspectores se dirijan inmediatamente a Ghouta para determinar lo que ocurrió", informó un comunicado.