Un tribunal alemán falló, en un inusual y sorprendente caso, a favor de una supervisora bancaria que aprobó una multimillonaria transacción en circunstancias que rozan lo insólito.
Su subordinado debía realizar una transacción por 64 euros (42 mil pesos chilenos), sin embargo, producto del cansancio, cayó dormido sobre el teclado de su computador dejando la tecla número de dos presionada. El resultado: una multimillonaria transferencia por 222.222.222 euros (149 mil millones de pesos chilenos).
La supervisora aprobó la operación, lo cual levantó la alarma en la institución financiera donde trabajaba desembocando en su despido.
Sin embargo, la justicia alemana determinó que la empleada no actuó de mala fe y que a lo más, se le debió haber multado y no despedirla, obligando a la empresa a reintegrarla a sus funciones que desempeñaba desde 1986.