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La energía tras Sandy

Proponen cambiar el sistema de energía por uno más eficiente y económico después de que el huracán dejara más de 4 millones de hogares sin electricidad.

Felipe Moreno

Lunes 5 de noviembre de 2012

El devastador paso del huracán Sandy ha dejado una gran huella en Estados Unidos, sobre todo por su grado de destrucción y consecuencias tan perjudiciales como la gran cantidad de personas que -casi una semana después- sigue sin electricidad, un problema que llegó a afectar a más de 4 millones de hogares.

Ante esta prolongada carencia, las autoridades norteamericanas, orientadas por expertos en la materia, han decidido que ya es hora de cambiar su red eléctrica.

Si bien la inmediata necesidad ha hecho pensar a las autoridades encargadas en energía en otras alternativas, el proyecto de modernización no es nuevo. Ya el jueves 14 de agosto de 2003, un gran apagón afectó a más de 50 millones de personas del norte de Estados Unidos y algunas zonas de Canadá, siendo el segundo apagón más grande de la historia, luego de uno que afectó a todo Brasil en 1999. Este hecho ya había inquietado a autoridades de la época.

Según los expertos en la materia, el sistema interconectado de transmisión y sus redes de distribución están quebrados o anticuados, por lo que urge su sustitución.

Paul Scalingi, experto en protección de infraestructuras críticas, alzó la voz de alarme y aseguró que "la red de energía de Norteamérica está envejeciendo y se está volviendo cada vez más frágil, azotado por la desregulación y la fuerza del crecimiento del mercado, acentuada por el aumento de la demanda que no cesa, operando con poco personal y muchos componente electrónicos".

Lo cierto es que la actual red eléctrica de EE.UU. no fue diseñada para fuertes vientos ni enormes fenómenos naturales, por lo que está mostrando su lado más vulnerable cada vez que hay una catástrofe natural.

Un estudio realizado por el Grupo Brattle (expertos en consultorías económicas) señala que la industria eléctrica tendrá que invertir entre US$1.5 a US$2 billones de dólares en mejoras de infraestructuras de aquí al año 2030.

Ante tales inversiones, la actual economía norteamericana pareciera no estar en condiciones de hacerla, es por ello que se buscan otras alternativas, donde la energía a gas natural parece ser la mejor opción.

Según el experto Daniel Yergin, uno de los pensadores más importantes del mundo acerca de la energía y sus implicancias, esta fuente será la base para generar electricidad. Así lo han entendido en el país del norte, quienes planean cambiar su sistema de cables por los gasoductos inter e intraestatales.

Actualmente existen más de 400 campos de almacenamiento subterráneo de gas natural en el norte de Estados Unidos, que sirven de energía para unos 75 millones de personas, siendo su mantención y costos más bajos que los de la tradicional red eléctrica.

Es por esto que ya se piensa en extender este sistema y ampliar los campos de gas natural que poseen los estadounidenses, para así poder cumplir con la alta demanda energética y disminuir los costos futuros, sin intervenir en demasía el ecosistema del país.