Ni arrepentimiento ni compasión. El joven asesino de Ohio se mostró desafiante, orgulloso y hasta provocador. T.J Lane escuchó la sentencia que le condenaba a tres cadenas perpetuas consecutivas con una sonrisa en la cara y con una polera en la que escribió la palabra “killer”.
Previamente, la corte le dio la oportunidad de dar una declaración breve. Con el mayor de los desprecios, levantó su dedo corazón en dirección a los familiares de sus víctimas.
El 27 de febrero de 2012, Lane entró al Chardon High School de Ohio y acabó con la vida de Daniel Parmertor, de 16 años, Demetrius Hewlin, de 16, y Russell King Jr., de 17. Los fiscales dicen que llevó una pistola calibre 22 y un cuchillo a la escuela y disparó 10 veces contra un grupo de alumnos en la cafetería.
Al tener 17 años en el momento de los hechos, Lane no puede ser condenado a la pena capital, algo que habían solicitado los familiares de los estudiantes asesinados.
“Esto confirma lo que todos sabíamos de largo, que esto fue un asesinato premeditado, frío y calculado”, agregó el fiscal.