Ensenada se levantó y logró grandes avances en el turismo a seis meses de la erupción del volcán Calbuco, una de las más violentas de las últimas décadas.
Pese a que en la zona aún hay sectores con cenizas, algunos han sacado ventaja de esta situación para hacer negocios.
Tal fue el caso de una familia que se dio cuenta que el material volcánico servía para hacer pastelones y construir veredas.
En tanto, los Saltos del Petrohué ya están habilitados y siguen siendo un lugar único en el mundo, mientras que el lago Llanquihue luce en grandes condiciones.
Foto: Agencia Uno