Hacer un gol en la final de la Copa América o quedar recordado como un valiente soldado, son privilegios limitados sólo para un selecto grupo de chilenos.
Pero las coincidencias o simple fanatismo permiten que individuos comunes y corrientes terminen 'adoptando' las identidades de personajes icónicos del deporte o la historia, siendo recordados por la eternidad.
Es el caso de Alexis Sánchez, Cristián Castro, Arturo Prat, Iván Zamorano, Andrés Bello y Fidel Castro, seis chilenos que no se conocen entre sí, pero que comparten la misma realidad: tener nombres "ilustres".
24Horas.cl accedió a entrevistas con estos ciudadanos, quienes narraron sus vivencias, anécdotas, complicaciones y sentimientos que los han acompañado -y los van a acompañar- durante toda su vida por el simple hecho de tener un nombre que causa furor en el público.
"EL MARAVILLA DE EL BOSQUE"
Ad portas de cumplir 24 años, Alexis Sánchez Pacheco -oriundo de El Bosque- prepara su defensa de tesis de periodismo en la Universidad Diego Portales. Contó que, en general, ha sido "chistoso" tener el mismo nombre del crack de la selección chilena.
- ¿Cómo ha sido vivir bajo la identidad de Alexis?
"Mira, la primera reacción de la gente es mirarme y decir 'esto debe ser una broma', pero luego ven mi carnet y se matan de la risa".
Sánchez explicó que hasta el 2005 todo era normal y su presencia pasaba desapercibida, pero que tras la llegada del delantero a Colo Colo, todo cambió.
"Cuando voy al médico, por ejemplo, y me llaman por los parlantes, todos me quedan mirando. Eso suele pasar muy a menudo y me da vergüenza", sostiene entre risas, agregando que durante los primeros años de universidad le cantaban la canción 'El Niño Maravilla' de Tomo como Rey.
- ¿Y eres igual de goleador que el 'Niño Maravilla'?
"La verdad es que me defiendo, pero juego al arco, entonces cuando la gente me ve llegar, juran que soy un goleador, pero en la realidad se decepcionan un poco, já.
Aparte, como soy un poco robusto, me gritan que más que Alexis soy el 'doble' de él, por mi peso".
- ¿Cuál es el recuerdo por tu nombre que más te marcó?
"En el 2006 yo debía tomar un vuelo desde La Serena a Santiago, pero minutos antes -en el mismo avión, pero en sentido contrario- había llegado el plantel de Colo Colo, con Alexis a la cabeza. El tema es que el guardia del aeropuerto vio mi pasaje y no me dejó pasar, diciéndome que yo ya había estado en otro vuelo.
Me detuvo por varios minutos, mientras mi familia ya estaba a bordo y yo me ponía cada vez más nervioso. El tema es que vuelvo a mirar al tipo y noto que se está riendo y que me estaba molestando, así que agarré mi pasaje y me subí. Me estaba palanqueando".
"NO SOY EL CANTANTE CRISTIÁN CASTRO"
Cristián Castro Muñoz, de 36 años, es gerente de marketing de IZIT, un emprendimiento chileno que consiste en una aplicación que entrega descuentos cuando estás cerca de las tiendas. Narró que "fue súper rudo tener el nombre de él porque en un principio no lo conocía y todos me lo mencionaban".
- ¿Se te acercan los fans de Cristián Castro?
"No tan así, pero siempre que les digo mi nombre a las personas, sea en la calle, en un taxi o donde sea, creen que es una broma. Pero con el tiempo me he ido acostumbrando a tener nombre famoso".
- ¿Pero, por lo menos, cantas algo como él?
"Eso es lo peor, porque canto pésimo. Han pasado situaciones en las que mis amigos no me dejan entrar a las casas hasta que yo les cante alguna canción de Castro, entonces no he tenido otra opción, já".
- O sea te sabes sus canciones... A propósito, ¿cuál es el tema de él que más te identifica?
"Jajaja, yo creo que 'Azul' o 'Lloran las rosas', porque son las que siempre me piden. Fíjate que el tema se hizo tan masivo que tuve que cambiar mi usuario en Twitter".
- Te escribían pensando que eras el verdadero Cristián...
"Claro. De hecho, una vez me siguió el club de fans de él en México, a ese extremo, así que decidí por cambiar mi nombre a @NoElCantante. Pero pese a ello me he acostumbrado al tema, e incluso me hice el correo [email protected], el cual uso para los concursos y cosas así".
Cristián Castro reconoció que una vez estuvo frente a él, pero que nunca supo que se trataba del popular cantante. "Por eso me gustaría conocerlo y sacarme una selfie con él, sería notable", finalizó.
ARTURO PRAT, MÁS MÁRKETING QUE HÉROE
“Arturo Prat fue un notable y uno de los hombres más corajudos de la historia de Chile, pero el verdadero héroe es Carlos Condell”. Con esa frase, Arturo Prat Lopicich define a su tatara tío abuelo, considerado como uno de los próceres más importantes del país tras su muerte en el Combate Naval de Iquique, y con quien ha tenido que compartir nombre durante 37 años.
No es que Prat Lopicich –abogado y profesor de educación física de Providencia- critique a su antepasado, pero narra cómo ha sido su “graciosa” vida bajo este histórico apellido.
- ¿Ha sido muy complicado llamarse así?
“La verdad es que he tenido diversas etapas, algunas buenas y otras malas. Cuando era chico me daba vergüenza que mi abuelo les dijera a todos ‘soy el abuelo de Arturo Prat’, pero poco a poco me fui acostumbrando, llegando incluso a ser cotidiano que todos me dijeran ‘al abordaje, Arturo’ o ‘la contienda es desigual’”.
- ¿Pero hasta el día de hoy es así?
“Obviamente se mantienen las burlas, pero desde que entré a la universidad que empecé a sacarle provecho. Fíjate que para los 21 de mayo mostraba el carnet y me daban copete gratis y mis amigos se cagaban de la risa”
- O sea que igual te creías Arturo Prat, el histórico…
“Claro. Una vez le mostré mi carnet a un marino que estaba de punto fijo en la estatua de la Plaza Sotomayor, en Valparaíso, y lo dejé loco, jajaja”.
- ¿Cómo reacciona la gente cuando te ve por primera vez?
“Pucha, yo creo que eso es lo más complicado que se mantiene, porque –por ejemplo- cuando llamaba por teléfono para comprar pizza o pedir una cancha de fútbol, me cortaban, pensando que era una pitanza.
Hubo un tiempo en que, incluso, usaba una chapita con el nombre de otro compañero para no llamar la atención”.
- ¿Qué opinión te merece tu antepasado?
“Sin duda, fue un gran tipo, un revolucionario en su época. Leí unas biografías y lo encuentro un buen chato y espiritista”
- ¿Eso no más? Ni un orgullo por saltar al Huáscar…
“Ese es el punto, fue muy valiente, dio la vida por su país, pero Condell es el verdadero héroe. En términos futbolísticos, Prat perdió por un gol y Condell metió el tanto del empate y a la postre ganó el partido.
Me parece que la gesta de Prat es sobresaliente, saltar hasta el barco enemigo, como se dice hoy en día, es darlo todo, pero Condell nos dio el punto con una gran maniobra y una goleta de madera. Un crack”.
- ¿Deberíamos dejar de idolatrar tanto a Prat, entonces?
“No tanto así, pero no exacerbaría tanto su figura. Ha sido más marketing de la Armada”.
- Pero me imagino que igual mantendrás la tradición con tu hijo…
“Ni loco. Mi hijo se llama Pedro, pero si tuviera otro jamás le pondría Arturo. ¿Te imaginai alguien llamando a la casa y pregunta por Arturo Prat padre e hijo? Qué estupidez, já”.
FIDEL CASTRO FIRMÓ POR EL PARTIDO COMUNISTA
“Cuando murió Fidel Castro, hasta mi polola me palanqueó, me las tuve que aguantar no más”. Fidel Castro León, técnico electricista de 30 años, afirma que pese a vivir en una ciudad tranquila como La Calera ha tenido que soportar diversos beneficios y complicaciones por el hecho de llamarse como el recientemente fallecido líder cubano.
- No puedo empezar sin preguntar lo obvio: ¿Eres comunista o socialista?
“La verdad es que firmé hace poco por el Partido Comunista, pero no milito en ninguno, no me siento representado”.
- ¿Qué tal llamarse Fidel Castro?
“En general bien, pasé cosas muy buenas con el nombre. Siempre recuerdo cuando era niño, había un profesor que estaba regalando un álbum, que hace unas décadas era lo más genial. Entonces, se le ocurrió decirnos que se lo llevaría quien tuviera el nombre más raro”.
- Obviamente ganaste…
“Claro, el profe dijo ‘oh, me cagaste, huevón’. Pero ojo que igual tuve mi mérito, porque en el curso también había un Robbie Williams y Gonzalo Cáceres, jajaja”.
- ¿No habían rencillas entre los ‘famosos’ del curso?
“Para nada, sólo que cuando nos llamaron para entregaron el diploma a fin de año, por ejemplo, recuerdo que todos se mataron de la risa”.
- Entonces ha sido todo bien con Fidel Castro…
“En general, sí. La gente nunca se olvida de mi nombre, já. Pero igual una vez, cuando trabajaba en la mantención nocturna de un banco, el guardia casi me pegó pensando que lo estaba molestando con mi nombre. Eso fue complicado, le tuve que mostrar el carnet para que me creyera”.
- ¿Cómo fue tu experiencia con la muerte de Fidel?
“Imagínate, todos, pero todos me molestaron. Hasta mi polola me palanqueó, me las tuve que aguantar no más”.
EL "CHOCO PANDA" ZAMORANO
"Cuando apareció el Transantiago, todos me odiaban, me echaban a mí la culpa del sistema". Iván Zamorano Lorca, ingeniero en Telecomunicaciones de profesión y baterista por vocación de Lo Espejo, rememora sus vivencias bajo este nombre icónico para nuestro fútbol, pero que se vio envuelto en uno de los temas más complejos para los santiaguinos: el sistema de transporte público.
- ¿Fue complicado llamarse Iván Zamorano en medio del fracaso en el Transantiago?
"Claro, imagínate que en un principio era todo bueno. Yo nací en 1992 cuando empezaba a estar de moda Zamorano, entonces mi infancia fue buena, me decían Bam Bam y Pichichi. Pero cuando pasó lo del Transantiago, todo me odiaban, me echaban a mí la culpa del sistema, já".
- Pero fue sólo un punto negro entre todo lo bueno de llamarse así...
"Sí, porque siempre me ha ido bien con el nombre. Lo más chistoso es cuando llamo por teléfono y me preguntan mi nombre, hay un silencio incómodo y después se matan de la risa. Ya me acostumbré a eso".
- O sea igual te crees el cuento de ser el Bam Bam, ¿o acaso pololeaste con una María Eugenia Larraín?
"Noo, jajaja, pero tuve un episodio igual de insólito. No me vas a creer, pero una vez, en los años 90, estaba esperando que me llamara el médico, y lo típico: 'Iván Zamorano, dirigirse a la sala'. Todos me miraron, pero no fue nada a lo ocurrido después..."
- ¿Qué pasó?
"A los segundos de que llamaran, la misma voz dijo: 'Daniela Campos, dirigirse a la mesa'. Como en aquellos años estos dos eran pololos, toda la gente nos miró y se mataron de la risa. Fue notable".
- Con tanta coincidencia con él, debes ser un goleador...
"La verdad es que juego poco fútbol, pero cuando lo hago, soy arquero"
- Hasta ahí no más llega lo parecido, entonces, já
"Sí, jajaja, aunque reconozco que tengo buen cabezazo, como Iván. Pero lo más parecido que tengo es el corte de pelo, igual al choco panda que se usaba en los 90, jajajá".
ANDRÉS BELLO "CON PINTA DE VAGABUNDO"
"Don Andrés Bello fue una máquina, creó el Código Civil, fundó la Universidad de Chile y un sinfin de cosas más. ¿Que si me parezco a él? La verdad es que nadie se imaginaria que el legandario Andrés Bello tiene actualmente pinta de vagabundo, jajajá".
Así se define Andrés Bello Jarpa, estudiante de Turismo de 24 años y residente en Lo Barnechea, quien reconoce que cuando niño no tenía idea de la importancia de su nombre.
- ¿Cuándo notaste lo especial de tu nombre?
"Cuando fui creciendo me di cuenta por qué se reían tanto de mí, cada vez me fui sintiendo más orgulloso del nombre".
- ¿Por qué tan orgulloso?
"Porque don Andrés Bello fue una máquina, creó el Código Civil, fundó la Universidad de Chile y un sinfin de cosas más. Qué más bacán que compartir identidad con alguien como él".
- Pero es sólo el nombre o hay un parecido más allá
"En lo único en que me acerco a él es que soy de la U, jajajá. Hablando en serio, no tengo nada del compadre, fíjate que tengo rastas. ¿Que si me parezco a él? La verdad es que nadie se imaginaria que el legendario Andrés Bello tiene actualmente pinta de vagabundo".
- Já... Al menos siempre serás poseedor de ese nombre único, independiente de la pinta
"Claro, aunque debo decir que no soy el único Andrés Bello de la familia"
- ¿Cómo? ¿Una tradición?
"No sé si tan así, pero tengo un tío que se llama Andrés Bello, vive en la calle Andrés Bello y en la torre Andrés Bello".
- ¿En serio?
"Te lo juro... Entonces, él le pidió a mi papá que me pusiera así. Igual creo que me jodió un poco, por último me podría haber puesto Andrés como segundo nombre, já".
- Pero igual no es malo aparecer en los billetes de $20.000...
"Si bien no tengo ni un beneficio, creo que deberían poner mi cara y sacar al antiguo. Hay que renovarse, jé".