"Queremos un liceo donde podamos estudiar todos bien", dice Alan Pino mientras mira a la cámara. Es alumno del liceo Pablo de Rokha, en La Pintana, y denuncia que las salas tienen filtraciones cuando llueve y que no se reparan ventanas o cañerías cuando se rompen.
Para solucionar esos problemas grabó un video en que detalla ante la cámara las distintas falencias del establecimiento en que apoderados y director llevan gastos que no deberían: Alan cuenta que el director "puso plata de su propio bolsillo" para reemplazar una cañería en el baño de hombres.
Otra situación que se aprecia en las imágenes es una ventana cuyo vidrio se rompió y un profesor reemplazo con un plástico, el que deja pasar el agua a la sala cuando llueve.
Por estar razones los apoderados llevan a cabo una toma que ya tiene más de 13 días de duración.
El liceo Pablo de Rokha alberga a 350 alumnos y data de 1970. Por tener gran cantidad de estudiantes en situación de vulnerabilidad debería recibir aportes extras, pero el director del lugar, Jose Manuel Verdugo, cuenta que esos recursos no llegan.
"Los recursos llegan al sostenedor, en este caso la municipalidad, y allá se quedan", dice Verdugo. En el municipio se defienden diciendo que no tenían conocimiento de que el liceo se encontraba en malas condiciones.
El liceo Pablo de Rokha se encuentra postulando para convertirse en un colegio de jornada escolar completa, condición que -en caso de ser aprobada- iniciará un proceso para construir un nuevo edificio.
Foto: TVN.