El Acceso Sur a Santiago es uno de los puentes más nuevos de la región Metropolitana, una carretera que para muchos es un lujo, pero esconde postales que las autoridades buscan erradicar.
A los escombros y desechos electrónicos, ahora se suman residuos hospitalarios: tubos de sangre que fueron arrojados a una vía paralela al Acceso Sur.
El seremi metropolitano de Salud, Carlos Aranda, señaló que "es una situación de riesgo, porque esto corresponde a residuos hospitalarios especiales, que pueden contener agentes patógenos de distinta intensidad. Por lo tanto, constituye un riesgo para las personas".
El alcalde de Buin, Miguel Araya, expresó que "no es primera vez que ocurre en nuestros largos 33 kilómetros de camino ribereño que nos encontramos con excedentes de algún servicio de salud".
Estos residuos deben ser procesados de una manera distinta a la basura, por lo que la Seremi de Salud inició una investigación para determinar el origen de estos tubos de sangre.
La Intendencia trabaja en un plan para erradicar estos microbasurales y el municipio activó un plan de fiscalización.
Esta es una preocupación que aumenta sobre todo cuando estos escombros ilegales están a uno de los costados de las autopistas hacia la capital y debido a que las altas temperaturas amenazan con incendios forestales.