Un grupo de censistas detectó este miércoles en una construcción en Quilicura  -donde presuntamente existía una fábrica-, decenas de piezas, de cuatro a cinco metros cuadrados, que albergan a cientos de inmigrantes que viven en espacios muy reducidos y con graves deficiencias en los servicios básicos.

Entre los principales residentes se encuentran haitianos, acompañados de ecuatorianos, colombianos y peruanos.

"Me habían asignado diez casas, pero cuando llego a este lugar me di cuenta que hay cerca de 50 piezas, donde viven puros extranjeros", comentó un censista identificado como Jonathan, quien agregó que el idioma ha sido el principal obstáculo para realizar el proceso, aunque un traductor está ayudando para comunicarse.

Según ha trascendido, el terreno corresponde a un particular quien construye este tipo de habitaciones, que incluyen una sala, baños  y cocina comunitaria. Por vivir en ese lugar, a los extranjeros se les cobra cerca de 100 mil pesos mensuales por dos personas.

"No tengo plata y por eso vivo acá", contó un ciudadano haitiano, quien accedió a mostrar su habitación, donde tiene una cocinilla y balón de gas en la pieza, pese a lo peligroso que esto puede resultar. "Acá necesitamos todo, pero no tengo plata", insistió.

"Por lo menos tenemos un baño para varones y otro para mujeres, aunque están cerca. A veces están ocupados, porque son cinco baños para esta área", cuenta otra de las residentes.

"Pagamos 100 mil pesos. Es caro para nosotros, pero no tenemos otra alternativa", relata la mujer, que también cuenta que no ha podido encontrar un cupo en jardín infantil para su hija.

Washington, un ecuatoriano que también arrienda una de las piezas desde hace dos meses, dijo a 24 Horas que "es difícil vivir así. Estar así con mis hijos es muy duro. He tratado de buscar un departamento, pero no me alcanza".

La mayoría de los inmigrantes consultados solicitan algún tipo de subsidio para poder acceder a una vivienda más digna para sus familias.