El último informe del departamento de estado norteamericano acusó a Chile de no cumplir con las normas mínimas para eliminar el tráfico de personas, destinado a la explotación sexual y laboral.
En nuestro país viven alrededor de 500 mil extranjeros, y sólo 50 mil estarían viviendo de manera ilegal, aumentando en un 30% la residencia entre 2011 y 2012.
Ante ello, el Subprefecto de la jefatura nacional de extranjería de la PDI, Víctor Nakada, aseguró que la policía ha hecho muchas gestiones para evitar este problema y afirma que "podemos hacer más, pero si eso implica recursos,nosotros en este momento estamos desembocando recursos para hacer más cosas en pos de los extranjeros que vienen a Chile". Y agregó que en Chile la PDI "está capacitada y está siempre alerta para esta situación”.
Entre los inmigrantes más numerosos se encuentran los dominicanos, colombianos y argentinos, quienes vieron en Chile la figura de un país sólido económicamente, donde además podían proyectarse en el futuro y con sus familias.
Por ese motivo, trabajan en labores que los chilenos suelen descartar, enviando la mitad del sueldo a sus naciones de origen, como es el caso de la dominicana, Jennifer Matelo, quien destaca que "los chilenos nos tratan bien y hay mucho empleo", añadiendo que no son tratados con indiferencia ni son discriminados.
Nakada, asevera que en Chile se piden los documentos idóneos y se fiscaliza que los inmigrantes especifiquen si vienen a pasear o a desarrollar una labor específica. Sin embargo, también remarca que "no existen mayores trabas para ingresar a Chile".
En consecuencia, este mes se envió al Congreso un proyecto de Ley que busca regularizar las migraciones, estableciendo cuota por países, para frenar el ingreso ilegal y proteger las fuentes de trabajo de los chilenos, evitando con ello encabezar las tristes estadísticas internacionales de la no protección de los extranjeros.