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Conferencia Episcopal tras carta de Francisco: "Junto al Papa, sentimos dolor y vergüenza"

Tras la 115ª asamblea, los obispos señalaron que pese a las acciones de los últimos años, no han logrado "que las heridas de abusos sanaran en los corazones de muchas víctimas".

Daniela Toro

Viernes 13 de abril de 2018

Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Chile emitieron una declaración pública en referencia a los últimos hechos vinculados a abusos sexuales al interior de la Iglesia Católica, luego que el Papa Francisco recibiera el informe de Monseñor Sicluna y pidiera perdón por haber cometido "graves equivocaciones de valoración".

La situación derivó en un llamado por parte del Papa a los 32 obispos chilenos, quienes fueron convocados a Roma, instancia que se concretaría en mayo.

En el texto, sostienen que "nos hemos reunido en esta 115ª Asamblea Plenaria de los Obispos para tener un tiempo de reflexión y diálogo sobre el viaje apostólico del Papa Francisco a Chile.

Agregan que "haciendo este proceso de discernimiento, recibimos la carta del Papa, fechada el 8 de abril de 2018. En ella Francisco abre su corazón ante el dolor abrumador de los abusos que le dieron a conocer sus enviados especiales y nos convoca a Roma a dialogar con Él sobre sus conclusiones, para colaborar 'en el discernimiento de las medidas que a corto, mediano y largo plazo deberán ser adoptadas para restablecer la comunión eclesial en Chile, con el objetivo de reparar, en lo posible, el escándalo y restablecer la justicia'".

Los Obispos viajarán durante el mes de mayo a Roma para reunirse con el Papa Francisco.

El texto sostiene que "acogemos con fe y obediencia filial esta carta. Junto al Papa, sentimos dolor y vergüenza porque, a pesar de las acciones realizadas estos años, no hemos logrado que las heridas de los abusos sanaran en los corazones de muchas víctimas y siguen siendo una ‘llaga’ abierta en el corazón de la Iglesia en Chile.

Al mismo tiempo, renovamos nuestra esperanza porque vemos en esta intervención del Sucesor de Pedro un camino concreto para que juntos podamos ayudar a sanar y reparar las heridas que aún permanecen abiertas. La carta del Papa la recibimos como una invitación a asumir con magnanimidad y humildad este desafío.

Para iniciar este camino nos ponemos, como Iglesia, en estado de oración, escucha, discernimiento y disponibilidad para renovar la comunión eclesial. Queremos hacernos cargo de los errores que nos correspondan y corregirlos, de tal forma que la Iglesia sea, cada vez más, un ambiente sano y seguro para niños, niñas y jóvenes. Como nos ha dicho Francisco: “Amemos en la verdad, pidamos la sabiduría del corazón y dejémonos convertir".

Por último, sostienen que "pedimos a nuestras comunidades que nos ayuden con su consejo y oración, como lo pide el propio Papa; las víctimas han de ser el primer motivo de nuestra plegaria y reparación".