El extraño suicidio de un menor de 13 años en la localidad de Lebu, región de la Araucanía, levantó las primeras sospechas.
Se trata de uno de los acólitos del ahora ex sacerdote Héctor Valdés, párroco de la sureña comuna. Los hechos fueron registrados el año 2002 y el religioso se defendió, negando las acusaciones de haber abusado sexualmente de él. La autopsia del menor consignó la posibilidad de que habría sido víctima de este delito.
"Creo que esa fue una de las razones que ha gatillado esto y debe ser investigado. Yo no tengo nada contra la institución pero les digo con mucha fuerza que estas cosas deben ser aclaradas para la tranquilidad de todos", estimó el padre del otrora acólito de Héctor Valdés, Reinaldo Rocha, en una entrevista concedida a Informe Especial en 2002.
Luego de exhumar el cuerpo y que el ex prelado asegurara a través de todos los medios, se supo que el menor Cristián Rocha fue efectivamente violado. Sin embargo, el caso fue sobreseído por no existir pruebas que inculparan a Héctor Valdés.
Sin embargo, 11 años más tarde, la Iglesia Católica dictaminó su máxima pena: expulsar a Valdés del sacerdocio, luego que lo consideraran culpable del abuso sexual de dos menores de edad.
Actualmente, Reinaldo Rocha, lamenta que la justicia no haya actuado antes.