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Ex religiosa denuncia abuso sexual por parte de monja: "Ya no tengo miedo"

Consuelo Gómez reveló la tortuosa historia por la que pasó mientras fue parte de la congregación Hermanas del Buen Samaritano. En España, otra religiosa chilena abusó de ella.

24Horas.cl TVN

© suvodeb

Martes 29 de mayo de 2018

Una nueva denuncia de abuso sexual afecta a la Iglesia Católica, esta vez, relacionada con la congregación de Hermanas del Buen Samaritano, de la que una joven identificada como Consuelo Gómez formó parte y que se atrevió  a revelar lo que vivió.

En conversación con Emol, la joven sostiene que al salir del colegio, a los 18 años, decidió entrar a la congregación ubicada en la región del Maule, donde se dedican a atender a ancianos y enfermos. Allí estuvo entre 1998 y 2017.

En el convento, se encargaba de diversas labores, incluyendo aseo y mantención, por las que nunca recibió remuneración. Además, sostiene que las visitas eran muy restringidas, y sólo podía ver dos o tres horas a sus familiares o amigos una vez por mes. Toda comunicación debía ser comunicada con la superiora.

 

Un día se enteró que su abuelo había muerto y Consuelo entró en una depresión donde su aparato digestivo se llenó de herpes, pero las religiosas la cuidaron a su parecer y sólo la mantuvieron con suero. Nada cambió hasta que su familia se enteró y decidió llevarla a un doctor.

Pese a ello, la congregación decidió enviarla a España, donde asegura, la trataban como "una verdadera esclava", por lo que comenzó a tener crisis nerviosas y cayó en la anorexia.

Además, como el control era excesivo, también les revisaban la ropa interior, "por lo mismo había mucho acoso de los sacerdotes, capellanes y directores espirituales, muchas tocaciones indebidas. Se les iban las manos a zonas que no debían. Esto pasaba también en Chile, pero en España lo defendían mucho y aceptaban este comportamiento", señaló al medio.

Asimismo, asegura que vio a presbíteros tomando sol completamente desnudos en el patio, durante su paso por Tenerife y Loja. Pese a que en 2008 empezó a entender que las cosas no iban bien, continuó, y la congregación la envió a trabajar junto a otras dos monjas en la Nunciatura Apostólica en Providencia donde no tenía descanso ningún día y debía atender a los curas.

Luego, relata una de las peores experiencias vividas, cuando tenía unos 20 años y aún era novicia, señalando antes "ya no tengo miedo".

"Yo fui abusada sexualmente por una monja en España, que también era chilena y superior a mí, varias y repetidas veces. Y todos sabían y me hicieron callar. Me hicieron sentir a mí que era culpable de todo. Pero ahora comprendí que esta es una historia que yo viví, que es mía y que no soy la única", señaló.

Las circunstancias del abuso se dieron cuando ambas compartían habitación, y Consuelo le confesó su tristeza por lo que estaba viviendo. "Cuando entraba al baño, ella también lo hacía y cerraba con llaves para luego manosearme. Me forzaba física y piscológicamente a hacer cosas que yo no quería", sostuvo.

Cuando contó lo que vivía al sacerdote y director espiritual del recinto, la hizo callar, "porque me dijo que le iban a dar la razón a ella y no a mí, que yo para él era una simple novicia y yo, por miedo, no sé a qué, pero por miedo, porque estaba lejos de mi familia, me quedé como parapléjica". Consuelo escapó del convento mientras todas las demás estaban en misa.

Actualmente, Consuelo se encuentra en tratamiento psicológico y participa en la Fundación para la Confianza de José Andrés Murillo. También habló con el nuncio Ivo Scapolo, pero señala que él no ha hecho nada.

"Todo lo que se pueda hacer contra los obispos es poco. Yo los metería a la cárcel. Son todos una pula de mentirosos, sinvergüenzas e hipócritas", señala, feliz de que los casos de abusos estén saliendo a la luz pública.