El robo de jurel en el sector pesquero industrial de Talcahuano tiene una modalidad "terrestre" que funciona casi con la misma eficiencia e impunidad que el ataque de piratas en la costa del Biobío.
Se trata de los denominados "gatos", sujetos que esperan agazapados el momento para abordar los camiones que llevan la cotizada carga y, en cuestión de segundos, se llevan una gran cantidad de pescados.
Su modo de operar contempla un trabajo en equipo, donde cada uno de los ladrones cumple una función especial desde que se suben a las máquinas hasta que acopian el botín.
Testigos frecuentes de este delito aseguran que los "gatos" saben cuándo atacar y en su afán de sacar la mayor cantidad de jureles no dudan en poner en riesgo su integridad física.
Por su parte, los conductores aseguran que las pérdidas son millonarias y que muchas veces están atados de manos porque cualquier movimiento para lograr bajarlos del camión podría significarles un problema judicial.