El pasado 14 marzo, Francisco Javier Romero Astorga, ciudadano chileno de 39 años que viajó a Canadá en búsqueda de oportunidades laborales, perdió la vida al interior de la cárcel de Ontario.
La familia de la víctima comenzó de inmediato con las gestiones para intentar dilucidar las causas que desencadenaron el deceso, junto con solicitar la repatriación del cuerpo. Sin embargo, reclaman la nula colaboración recibida por parte del gobierno chileno.
En conversación con 24Horas.cl, María Teresa Romero -hermana de la víctima- expresó que desde el Consulado nacional en Canadá comunicaron la muerte de Francisco sin entregar mayores antecedentes.
De hecho, revela que la autopsia entregada "no muestra enfermedades asociadas o la intervención de terceros".
"Lo que sabemos es que mi hermano fue detenido como inmigrante cuando intentó ingresar al país, en donde no se le entregaron sus derechos básicos, quedando todo muy confuso", complementó.
La duda generada llevó a la familia a solicitar ayuda a la Cancillería, pero insiste que desde esta institución les han cerrado las puertas.
"Mi papá llamó a Relaciones Exteriores y la encargada le dijo que el gobierno no tiene dinero para estos temas", agregó la mujer, indicando que sólo piden que se den a conocer las reales causas del deceso y que las autoridades costeen la repatriación, proceso cuyo valor oscila entre los seis y diez millones de pesos.
María Teresa Romero expone que el caso ha generado expectación en la nación norteamericana, ya que es la segunda muerte sin explicación ocurrida en el recinto penal en menos de una semana, añade.
Por ello -según narró- "sólo la agrupación No More Inmigrant Die nos ha ayudado legal y psicológicamente, ya que desde el Estado de Chile no hemos recibido nada".
Cabe detallar que en la cárcel en cuestión han muerto 14 inmigrantes desde el año 2000, siendo la gran mayoría de los casos por motivos "desconocidos", según publica la organización que presta servicios a la familia.