Una familia del cerro Barón, en Valparaíso, se caracteriza por reunir cuatro generaciones de chinchineros y organilleros.
Comenzaron desarrollando el oficio y hoy tienen una empresa de fabricación y reparación de este instrumento.
Pedro Castillo aprendió de su padre y transmitió a la familia esta actividad criolla considerada patrimonio y tesoro humano típico por la Unesco.
El más joven del clan tiene 15 años y es el encargado que de no ser el último eslabón de la cadena.
Conoce la historia en la nota de 24 Horas Central.