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Humberto Lagos: En Chile hay 340 sectas y 80 son destructivas

Humberto Lagos explicó por qué la gente decide sumarse a estas particulares comunidades.

José Morgado

Jueves 25 de abril de 2013

La incineración de un bebé calificado como "anticristo" por parte de una secta en Colliguay, en la V Región, causó impacto en el país, abriendo nuevamente el debate sobre estas particulares comunidades.

Sin embargo, pese a lo macabro e insólito que puede resultar el acto, esta situación podría estar pasando en otros lugares de Chile.

En entrevista con 24Horas.cl, el doctor en Sociología y experto en temas teológicos y religiosos, Humberto Lagos, reveló que actualmente existen más de 340 sectas funcionando a lo largo del país.

"Hay alrededor de 340 grupos de tipología sectaria y de esos hay 70 u 80 con un perfil destructivo, es decir, que incurren en prácticas que inciden en la comisión de delito", expresó.

¿CUÁL ES EL PERFIL DE LAS PERSONAS QUE SE UNEN A SECTAS?

El especialista indicó que las personas se unen a estas comunidades por dos razones principalmente: miedo al fin del mundo y por manifestar desestabilizaciones emocionales.

"Cuando uno piensa en las personas que integran las sectas religiosas, particularmente las más radicalizadas, el perfil tiene que ver con desestabilizaciones emocionales previas, pero también en el último tiempo con la eventualidad de que la muerte aparezca en el horizonte, por todos estos discursos de fin del mundo que 'insegurizan' a las personas", precisó.

En estos lugares, añadió Lagos, las personas buscan protección, encontrando un refugio donde les ofrecen "inmunidad absoluta".

"Una vez que llegan al grupo de produce una especie de encantamiento con el discurso del líder, quien atribuye su legitimidad a razones divinas, realizando un discurso con diseño pedagógico que va paulatinamente y en pocos días  lavando el cerebro y fanatizando a los fieles, al extremo que cualquier conducta que el líder les exija, la van a cumplir, aún teniendo en muchos casos perfecta conciencia de que esa conducta podría constituirse en un delito", puntualizó. 

El abogado, sin embargo, aseguró que no hay un público objetivo específico al que "atacan" estos profetas, pudiendo ser comunidades de jóvenes, adultos, ancianos, de gente pobre o rica, sin educación o incluso profesionales.

"Cada grupo sectario especializa su mensaje para capturar fieles en los lugares sociales y de pertenencia social que ellos les interesa", advirtió.