"Lo más duro fue saber que ella se podía ir".
Con estas palabras el cabo de Carabineros José Luis Paredes recuerda los 11 días que estuvo escondido junto a la pequeña Monserrat, de 3 años, para que no se la quitaran.
El policía era el cuidador de la menor y cuando le negaron la adopción tomo la determinación más radical: Estar en la clandestinidad junto a quien considera su hija.
Este martes 25 de junio la Corte de Apelaciones de Santiago suspendió la orden de detención que pesaba sobre Paredes denunciado por desacato y secuestro de la niña.
La historia de lucha y amor de este Carabinero en la nota de la periodista Lorena Concha.