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Tren Ramal: el de los sitios escondidos

A pesar de haber sido dañado en el terremoto de 2010, el Ramal sigue cumpliendo con la labor de llevar a casa a miles de personas.

Paz Fernandez

Domingo 29 de abril de 2012

El tren Ramal Talca – Constitución no sólo es un hermoso panorama para quienes quieren conocer la cara más íntima de la Región del Maule, sino que es un importante medio de transporte para aquellos que viven alejados de la ciudad.

El gigante del pasado emprende rumbo a Constitución sólo dos veces al día – 7:30 y 16:30- para llevar a casa a todos aquellos que no pueden tomar un simple colectivo o una micro a su hogar por estar a más de 35 kilómetros de la carretera. En la vía contraria los horarios son a las 7:00 y a las 16:15.

De una larga data, el trayecto fue inaugurado en 1915 en el gobierno de Juan Luis Sanfuentes, con la intención de trasladar a los trabajadores a la costa y sobre todo a la planta de celulosa.

En la actualidad el viaje se mezcla con la magia del campo, los animales que detienen al tren por interponerse en las vías, las ramas que raspan los vidrios ya rayados por el tiempo; y por supuesto la gente que espera al ferrocarril a orillas del camino tanto para abordarlo, como para comunicar que están ahí desde un saludo o una mirada curiosa.

En 2007 el tren Ramal fue declarado Monumento Nacional y aunque en el terremoto de 2010 sufrió grandes daños en su estación de Constitución su tarea la cumple eficientemente todos los días.