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Las otras sectas que han causado impacto en Chile

A raíz de la incineración de un bebé en la V Región, calificado como "anticristo", revisa las historia de otras "comunidades" que han impactado al país.

José Morgado

Jueves 25 de abril de 2013

La macabra incineración de un bebé en Colliguay, calificado por supuestos miembros de una secta como el "anticristo", volvió a abrir el debate sobre estos grupos liderados por supuestos profetas.

En Chile, esta historia no es nueva. A continuación, revisa algunas de la sectas más emblemáticas:

LA "COMUNIDAD" DE PIRQUE

Fue uno de los casos más bullados en los medios de comunicación. La denominada "Comunidad Ecológica Cristiana de Pirque" saltó a la palestra luego que una de sus integrantes, Jocelyn Rivas, falleciera tras dar a luz a una pequeña sin recibir ayuda médica, en 2007.

Todas las críticas y cuestionamientos fueron para la líder, Paola Olcese, quien fue procesada por esa inhumación ilegal.

En ese momento, sin embargo, la mujer fue sobreseída por determinarse que sufría "delirio místico mesiánico".

Luego de eso, Olcese protagonizó otro accidente, en la secta que lideraba en la región Atacama, donde un incendio provocó graves quemaduras en sus hijos, los que fueron retirados de su custodia.

 

EL PROFETA DE PEÑALOLÉN

Una de las más famosas es la secta de Héctor Muñoz, más conocido como el "profeta" de Peñaolén, quien vivía con cuatro hermanas, todas ellas actuando como sus esposas. Según él, al convivir y tener relaciones sexuales con ellas las estaba "purificando".  

Esta situación fue expuesta en 1995, donde se hizo público su particular estilo de vida que ha mantenido hasta el día de hoy, con distintas críticas morales y  problemas judiciales por violencia intrafamiliar.   

De hecho, este año, Muñoz presentó a su séptima esposa, de tan sólo 18 años.

A la fecha, el hombre de 59 años tiene 36 hijos.

 

EL PROFETA DE PELEQUÉN

Ricardo Badani, denominado como el "profeta" de Pelequén, fue expulsado de Chile en 1996, acusado de faltar a la moral al liderar una secta sadomasoquista.

El hombre de nacionalidad peruana vivía en una parcela de Los Maquis, cerca de San Fernando, en Santa Rosa de Pelequén.

Tal como su par de Peñalolén, el peruano convivía con 6 esposas, pregonando que la mujer debía vivir sometida al hombre.

La diferencia con Muñoz –que se guiaba por la Biblia-, es que Badani era seguidor del dios hindú Ganesha.