Gonzalo Ramírez sigue en Santa Olga, la localidad que quedó arrasada en la madrugada del jueves. 1.000 casas quedaron calcinadas. Un pueblo entero.
Sin embargo, dos casas han quedado en pie. Los propietarios de los inmuebles aún no se creen que sus hogares no hayan sido consumidos por las llamas, cuando el resto de las viviendas ha desaparecido.
La localidad está recibiendo abundante ayuda. Numerosos voluntarios se han desplazado al municipio. Sin embargo, las fuerzas de seguridad, si bien agradecen una ayuda necesitada, han recalcado que es preferible cooperar en centros de acopio, pues la emergencia aún sigue en Santa Olga.
El peligro que se reactiven algunos focos de incendio continúa, las rutas están bastante ajetreadas con los camiones de carga y se están produciendo fuegos cerca de la ruta, por lo que si se produce una emergencia, supondría un peligro para la gente.